Sin Perdón
Puigdemont, Junqueras y los líos de Sánchez
«Al final, el único que sale beneficiado es Salvador Illa»
El desarrollo del Estado de las Autonomías no se puede realizar marginando al PP. Es una cuestión evidente que Sánchez ignora expresamente en sus decisiones, como sucedió en su día con la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Fue la ruptura de una convención democrática que habían seguido todos los presidentes del Gobierno en las reformas estatutarias. Esta decisión tendría enormes consecuencias. Es el origen de los problemas que llevaron a la crisis constitucional provocada por el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia. Sánchez es un jugador de ventaja que persigue réditos a corto plazo desde una perspectiva estrictamente partidista, por no decir personalista. Todo gira alrededor de su firme voluntad de seguir en La Moncloa a cualquier precio. Lo que me cuesta más entender es por qué Puigdemont y Junqueras le siguen el juego, porque el resultado es desastroso para los intereses de sus partidos y, lo que es peor, para Cataluña. En este sentido me gustaría incluir medidas como los indultos, la reforma del Código Penal y el disparate de la amnistía que Conde-Pumpido y sus mariachis declararon constitucional en contra de la práctica unanimidad de los juristas más prestigiosos.
¿Qué han conseguido los líderes independentistas? Estar inmersos en un lío inmenso y resultar enormemente impopulares en el resto de España. Han de partir de la base de que la independencia es imposible incluso teniendo el apoyo de una persona tan voluble como Sánchez y su fiel aliado Conde-Pumpido. No queda tanto tiempo para que el peor presidente que ha tenido el Constitucional abandone el cargo sumido en el desprestigio y un bien merecido desprecio por sus ataques al Supremo y su sumisión al sanchismo. El último enredo de Sánchez es intentar conceder una financiación singular para Cataluña, un subterfugio para no denominarlo concierto económico, ignorando al PP y a las comunidades autónomas afectadas. El resultado es un rechazo generalizado y que sea muy difícil su aprobación por las Cortes. A esto hay que añadir, una vez más, que la doctrina ha expresado su evidente inconstitucionalidad. No creo que Conde-Pumpido y sus mariachis tengan tiempo para blanquear este nuevo ataque a la igualdad de los españoles y el Estado de Derecho. Al final, el único que sale beneficiado es Salvador Illa.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)