Con su permiso

Para lo que han quedado

No le mueve al sanchismo el patriotismo ni parece inquietarle dejar cimientos para un mejor futuro en su país

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IlustraciónPlatónLa Razón

A María le parece que la fontanera Leire larga demasiado y tiene pocas luces. O ambas cosas. La señora de timbre áspero y verbo firme, que habla con la convicción de los capataces entregados, la militante pasiega que trabajó en Correos y ha inundado de lodo el sagrado templo anticorrupción del PSOE y la izquierda española, es la última persona a la que alguien serio pondría al cargo de una operación discreta y eficaz. De lo que fuera. Ni a por tabaco, le mandaría María. Acudir al periódico de Pedro J. Ramírez a vender un vídeo con contenido sexual que implica a un fiscal anticorrupción es como ofrecerle al director de un colegio unas cuantas papelinas para sus alumnos. No se puede ser más imprudente, desinformada o, dicho con todo el respeto que la señora supongo que merece, boba. Alma de cántaro, le diría María, no sólo estás ofreciendo a un medio de comunicación la generosa posibilidad de cometer un delito, es que es el último al que deberías ir, por razones obvias escondidas entre las líneas de la historia de la Transición. Aquello, además, terminó muy mal para sus impulsores directos o indirectos. Tampoco denota una inteligencia de largo recorrido su graciosa disposición a brindarse a hablar de marranadas delictivas ante un puñado de cámaras de ordenador con la posibilidad de que alguno de los presentes, interesados en su propia supervivencia por encima de cualquier otra cosa, grabara todo aquello para utilizarlo en el momento procesal oportuno.

María cree que al gobierno socialista la cosa se le está yendo de las manos. En Moncloa y también en Ferraz. Tanta purga, tanto corte, tanto prescindir de los que no destilaban lealtad perruna y adoración al líder, que al final se quedan con lo más zafio y menos preparado de todo el corral.

Está tentada María de pensar que si el Partido Socialista está callado, como a contrapié, si pretende que la señora iba por libre pero al mismo tiempo guarda silencio de sepulcro y no toma medidas contra ella –no ya demandarla por utilizar en vano y para delinquir su condición de militante y sus supuestos contactos, simplemente abrirle un expediente serio–, es porque no quiere arrastrar la vergüenza de reconocer ante el público en general que se le han quedado los más ineptos para la solución de las cosas discretas e importantes. Después de reconocer que un tipo como Koldo mandaba una barbaridad en el PSOE y sus círculos de poder, asumir que la tal Leire era quien desde la sombra operaba para solucionar otro tipo de problemas de «organización» es admitir que el partido estaba en manos de Pepe Gotera y Otilio. Como lo de Sánchez ante la pregunta de Íñigo Alfonso: ¿De quién depende la fiscalía? Pues eso, ¿de quién dependían Koldo y la Leire?

Quizá sea mejor dejar que vuele la sospecha de que eres manipulador y corrupto a que se asiente la certeza de que te gobiernan unos insolventes en el sentido más amplio del término.

No será esa la razón, se dice María, pero seguro que hay alguien en ese universo de intriga y mamoneo en manos de reyes de la estulticia, que preferiría antes ser malo que tonto.

Escucha a sesudos analizadores de la cosa pública decir que el Gobierno tiene cuajo y apoyos suficientes como para agotar la legislatura, Es posible. No le mueve al sanchismo el patriotismo ni parece inquietarle dejar cimientos para un mejor futuro en su país. De modo que mientras el matrimonio de interés que tiene con sus aliados de derechas, de centro y de izquierda siga reportándoles estabilidad laboral, seguiremos con este Gobierno al frente de la gestión pública.

Es posible que tengan razón los analistas. Pero lo es también que la atmósfera puede llegar a ser tan irrespirable, el lodazal a alcanzar cotas de altura tan inasumibles, que desde dentro de la propia izquierda se empiece a mover una suerte de contestación para recuperar el honor, el espacio y el tiempo perdidos.

Los Page y Lambán, puesta también en duda su raigambre socialista por los del relato del victimismo, podrían en breve encontrar que hay otras voces que se suman a la protesta ante la barbarie, a la honrada ambición de recuperar lo que fueron, a la arrepentida vergüenza de haber permitido que el Partido Socialista terminara en manos de populistas sin criterio.

Supone María que después de tener que digerir como verdad oficial que la prensa les persigue, los jueces conspiran contra ellos, los empresarios les ahogan y ahora la Guardia Civil les busca las cosquillas por puritito odio fascista, ya no les deben quedar muchas tragaderas para creerse que la pandilla de amiguetes empresarios, el Koldo, la Leire y los que por ahí vayan saliendo, actuaban a su bola y por libre.

Como desde dentro no salga la revuelta, estos no se mueven. Menos aún con una oposición que ante el espectáculo de autodestrucción del adversario, se dedica a montar manifestaciones o hasta copiarle el discurso acusando también a los jueces de responder a intereses políticos.