A pesar del...

La rebelión de Shriver

«Todas las socialdemocracias llegan a un punto de inflexión en el que la mitad de la población vive a costa de la otra mitad»

Hemos elogiado hace un tiempo la incorrección política de la notable escritora estadounidense Lionel Shriver (véase https://bit.ly/47om2TP). Su liberalismo es aún más patente en Los Mandible, novela distópica de 2014, que publica también Anagrama, y que hizo que el New York Times comparara a Shriver con Casandra.

El libro imagina la decadencia y caída del imperio americano, y pinta, a través de las peripecias de la familia Mandible, un retrato lúgubre de un país arruinado, ante el cual los mexicanos edifican un muro para impedir la entrada de masas de estadounidenses que pretenden escapar hacia el sur del río Bravo en busca de una vida mejor.

Algunos críticos han interpretado que el mensaje del libro es una denuncia de la supuesta obsesión de los norteamericanos con el dinero, pero se trata de una conclusión equivocada, porque la moraleja de la historia es que, si se pierde la libertad individual a manos del poder, el desenlace siempre es sombrío.

Lo detectó Carlos Newland, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina, que publicó recientemente un artículo en el diario Clarín titulado: «La economía apocalíptica, o cuando Estados Unidos se convirtió en Argentina». Los paralelismos, en efecto, son inquietantes, porque el siniestro país que describe Shriver está inmerso en una profunda crisis económica con los siguientes rasgos: sistemático déficit público, deuda hipertrofiada que el Estado decide dejar de pagar, inflación desbocada, devaluación incesante, «corralito», empobrecimiento masivo, inseguridad jurídica y física, y una extensión de la miseria que lleva a la escasez de todo, desde alimentos hasta el agua corriente. Igual que en la Argentina hasta hoy, que se parece efectivamente bastante a ese infierno, las autoridades optan por incrementar el intervencionismo, los impuestos y el gasto público, lo que termina intensificando la represión y el autoritarismo, sin resolver ninguno de los males económicos que afligen a la población.

Lionel Shriver ha sido relacionada con Ayn Rand, pero a Los Mandible le falta la épica de La rebelión de Atlas, y el héroe, el joven Willing (el nombre no es casual), está lejos de asemejarse al misterioso John Galt. Eso sí, tiene buenos análisis económicos, críticas diestras de muchos tópicos progres, y diagnósticos de los modernos Estados redistributivos: «todas las socialdemocracias llegan a un punto de inflexión en el que la mitad de la población vive a costa de la otra mitad».