Sin Perdón

El regreso de Puigdemont

«Conde-Pumpido y sus mariachis lo podrían resolver, pero prefieren que siga siendo su rehén»

En contra de lo que muchos puedan pensar, la realidad es que Sánchez nunca ha tenido ningún interés por el regreso del expresidente catalán. Hace unos años decía que no podría dormir si Pablo Iglesias se sentaba en el consejo de ministros. Era un exceso retórico, porque duerme muy feliz en La Moncloa. Lo que quería trasladar era la profunda antipatía que sentía por él y que no podía soportar un gobierno en coalición. Ahora se siente más cómodo con Yolanda Díaz, cuyo único objetivo es seguir siendo vicepresidenta, y Sumar, cuyo papel es similar a los partidos satélite que tiene Xi Jinping en el gobierno chino. No hay duda de que la desaparición política de Iglesias fue uno de los momentos más felices de su vida. Con respecto a Puigdemont, no hay que olvidar que Sánchez es un socialista centralista de manual. Eso de los modelos federales o confederales son mera propaganda obligado por la realidad. Le gustaría algo similar a los regímenes presidenciales populistas de Iberoamérica. Por supuesto, le complacería un sistema autonómico donde los presidentes fueran sus marionetas como sucedería si gobernaran Diana Morant, Óscar López, María Jesús Montero o Francina Armengol.

El Sánchez más sincero es el que dijo que detendría a Puigdemont para meterlo en la cárcel. Lo era, también, cuando quería jubilarlo para que al frente de Junts estuviera alguien más dócil. Bolaños reflejó muy bien este viernes el auténtico pensamiento de su jefe al aclarar que el regreso a España «no depende en absoluto» del Gobierno, aunque se olvidó de añadir que Conde-Pumpido y sus mariachis lo podrían resolver, pero prefieren que siga siendo su rehén. Es cierto que saben que el regreso es inevitable. Lo único importante es alargarlo lo máximo posible para seguir con el escenario actual. Cualquier jurista mínimamente avezado hubiera sido capaz de elaborar una ley de amnistía con una efectividad inmediata, pero era fundamental que el cobro no fuera inmediato. La razón es muy simple. Junts es una formación de centro derecha y como no está formada por idiotas nunca aprobaría las leyes de ingeniería social, unos Presupuestos de izquierda radical y el resto de normas que necesita colocar forzado por los comunistas, los independentistas de izquierda y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)