Tribuna
Relaciones exteriores Estados Unidos-España
Los valores de la democracia, de la paz y de la seguridad, así como la protección de los valores climáticos y ecológicos son áreas de interés conjunto, que conviven con la necesidad de mejorar la prosperidad y el nivel de vida de los ciudadanos
La diplomacia sigue jugando sus bazas en el exterior. Es el caso de las relaciones bilaterales entre España y USA. Por encima de las cuestiones internas, los intereses conjuntos de ambos Estados son y deben ser materia permanente de atención.
Allá por el año 2001 tuvo lugar la precedente Declaración Conjunta, y a los 22 años se suscribe la segunda, justamente en un momento delicado de las relaciones internacionales en general. Creo interesante resumir las intenciones y el trasfondo de la Declaración Conjunta de 2023.
Quizá no ha llovido tanto como deseásemos desde aquel lejano Tratado de París de 1898 que puso punto final a los restos del Imperio español en América, Asia y Oceanía y, actualmente, y desde hace muchos años se habla de amistad, alianza e intereses conjuntos de ambos Estados.
Los valores de la democracia, de la paz y de la seguridad, así como la protección de los valores climáticos y ecológicos son áreas de interés conjunto, que conviven con la necesidad de mejorar la prosperidad y el nivel de vida de los ciudadanos y, en definitiva, los valores de los derechos humanos, que se han plasmado en dicha Declaración Conjunta. Los repasamos sintéticamente, destacando sus principales puntos de relevancia o interés.
Se condena la guerra de Ucrania, tachándola del incidente más directo a la estabilidad mundial desde el final de la Guerra Fría. Se destacan los efectos sobre la seguridad alimentaria para los más vulnerables del mundo, comprometiéndose a apoyar al Gobierno de Ucrania, haciéndose responsable a Rusia de las violaciones territoriales de Ucrania, del ataque con violencia a los civiles y de la violencia sexual.
Asimismo, respecto del orden internacional mundial, ambos defienden la aplicación del derecho para regular las relaciones internacionales y promover la prosperidad, comprometiéndose con los objetivos de la Agenda 2030 y a fortalecer las instituciones internacionales. Se alienta a China con la finalidad de que cumpla sus compromisos jurídicos internacionales.
Se prevé un fortalecimiento de la cooperación en Defensa. La relación se vincula a la pertenencia a la OTAN y a la relación con la Unión Europea. Destaca la vigencia del Acuerdo de Cooperación en Defensa de 1988 junto con el uso compartido de las bases de Rota y Morón, aumentándose la dotación de buques de guerra norteamericanos atracados en la primera (plasmado, de inmediato, en el Acuerdo de 8-5-2023 con dos buques adicionales).
Desde el prisma de la defensa común de la democracia, los derechos humanos y la igualdad de género, se destaca la coincidencia bilateral en la defensa de los valores fundamentales de apoyo a la libertad, la equidad y la igualdad, la democracia y el Estado de Derecho, guiando la política exterior de ambos la defensa de los derechos humanos, en especial de los derechos de las mujeres y poblaciones vulnerables. Subrayan ambos Estados la importancia de promover la equidad y la igualdad de género a nivel mundial, particularmente la promoción de los derechos humanos en los países de América Latina y el Caribe.
La Declaración se extiende a otros varios campos comunes referidos al derecho, en especial a la extradición y mutua cooperación legal, así como a la lucha contra el crimen de terrorismo (incluyendo la interceptación tecnológica de sus comunicaciones), control de los extremistas violentos, cibercrimen (ciberataques, especialmente), tráfico de drogas y de personas. Se incluye también el abuso de información y la comunicación tecnológica de regímenes autoritarios.
La emigración se contempla desde el punto de vista de una regulación basada en el control de los flujos irregulares, asegurando el justo y humano trato de los emigrantes. Eso no puede sino significar que la entrada sin control ni trabajo previsto o medios de vida no se debe permitir. No se admite, ni mucho menos, la llamada política migratoria de puertas abiertas sin control.
En materia de cambio climático e incremento de la seguridad energética se reconoce la importancia de la crisis actual planteándose la reducción notable de las emisiones de gases de efecto invernadero. Todo ello para alcanzar un nivel adecuado de recuperación de la biodiversidad. Se desarrollará la transición a unas economías descarbonizadas y circulares. Se avisa sobre la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles de Rusia, aumentar la seguridad energética en Europa, garantizar las fuentes de energía como el gas natural, las energías renovables, el hidrógeno y el aseguramiento de la obtención de minerales raros y materias primas críticas para la energía de transición.
Se propone intensificar los intercambios culturales y educativos a través de programas bilaterales como el Programa Fulbright, la Fundación España-Estados Unidos y el Consejo Estados Unidos-España. Se deben celebrar reuniones periódicas centradas en la región y los temas de interés mutuo para incluir a América Latina y el Caribe, el Magreb, el Sahel, China y el Indo-Pacífico, Rusia, asuntos multilaterales, migración, ciencia y tecnología, y ciberseguridad.
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