Sin Perdón

Sánchez y la gran mentira del genocidio palestino

«El 21% de los ciudadanos israelíes son palestinos y gozan de los mismos derechos que los judíos»

El sostener que la democracia israelí está sometiendo a un genocidio a la población palestina es una gran mentira que solo se puede promover desde la ignorancia o la mala fe. Hamás, que gobierna Gaza con un amplio apoyo de la población, comenzó una guerra contra Israel con la brutal masacre del 7 de octubre que perseguía, precisamente, provocar el conflicto. La brutalidad de Roma hizo que entre 1,5 y 2 millones de judíos tuvieran que emprender la diáspora en los siglos I a III d.C. Se calcula que quedaron menos de 500.000 en la provincia romana. Los estudios genéticos muestran que los judíos y los árabes palestinos comparten una ancestralidad con un trasfondo genético y cultural levantino. Es un tema complejo y lleno de matices, pero la división moderna es más religiosa que étnica. La población judía sufrió una nueva reducción con la brutal invasión árabe que cambió el mapa de la región y sentó las bases de un conflicto que parece interminable. En ese momento surgió artificialmente la identidad árabe-palestina.

Es bueno recordar a los que hablan de genocidio que el 21% de los ciudadanos israelíes son palestinos y gozan de los mismos derechos que los judíos. La Knéset, el Parlamento de Israel, cuenta con 10 diputados de este origen, aunque en otras ocasiones han superado la quincena en función de las alianzas. Los palestinos con ciudadanía israelí votan y han ocupado puestos de ministros, jueces del Tribunal Supremo, diplomáticos, etc. Es cierto que los permanentes ataques de Hamás sirven para generar desconfianza, pero estos datos objetivos confirman que Israel nunca ha buscado el genocidio del pueblo palestino y que no existe ningún problema para que se integren. Por supuesto, practican su religión y en su mayoría son musulmanes suníes. El antisemitismo ignora esta realidad y utiliza la existencia de una pequeña minoría de sionistas radicales para generalizar que se quiere acabar con la presencia palestina en el territorio que históricamente había sido el reino de Israel. La mentira contra el pueblo judío comenzó con la muerte de Jesucristo, que era judío al igual que sus seguidores y es una figura respetada por el judaísmo, aunque no lo consideren el mesías. Desde entonces, ningún pueblo en la Historia ha sido perseguido con tanta perseverancia buscando su exterminio.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)