Canela fina

Sánchez paga las facturas

«Sólo una moción de censura podría cuestionar la permanencia de Pedro Sánchez en el poder. El presidente, a pesar de la fuga de Podemos, no convocará elecciones»

Pedro Sánchez compró los siete escaños que le faltaban para ser investido presidente del Gobierno. Ahora está pagando la factura. El vendedor, Carlos Puigdemont, prófugo y golpista, no se fía de la solvencia del presidente y le ha obligado a aceptar a un mediador extranjero, un verificador de la extrema izquierda iberoamericana, hombre adicto al Foro de Puebla, sucesor del Foro de Sao Paulo.

El prófugo ha decidido humillar a Sánchez y también al pueblo español. Negocia en Suiza como si se tratara de dos Estados: España y una Autonomía española sentados a una mesa tratándose de tú a tú. Genuflexo ante el rebenque secesionista, Sánchez se ha sometido a las exigencias de Puigdemont provocando la indignación no sólo de la oposición democrática, también de un sector del Partido Socialista Obrero Español. Además de los grandes líderes históricos –entre ellos González y Guerra– se han sumado al rechazo sectores significativos del PSOE actual, aparte el mundo judicial casi en pleno, así como infinidad de instituciones relevantes de la vida nacional. El pueblo español, por su parte, ha estallado en incontables manifestaciones, alguna de ellas cercana al millón de personas, en protesta por el despropósito sanchista. Arrastrada España por el fango, la opinión pública está ya sacudida por la alta tensión que ha provocado un Gobierno negociador en el extranjero con un prófugo de la Justicia y, para mayor inri, con la presencia de un mediador que garantice el pago correcto de la factura que el secesionista catalán le pasa al presidente del Gobierno. La compra de los siete escaños que le mantienen en la silla curul monclovita ha arrasado la imagen sanchista.

La objetividad exige reconocer a Pedro Sánchez habilidad extraordinaria para mantenerse en equilibrio sobre la cuerda floja del poder. Pero en esta ocasión tal vez ha ido demasiado lejos. La verborrea de que hace gala se fundamenta en sofismas y parece claro que sólo podrá salir adelante en el Congreso a base de concesiones incesantes y cada vez más vergonzosas e indecentes. Son muchos, en los círculos serios del socialismo español, los que piensan que Sánchez debería orillar sus deudas políticas, convocando elecciones generales. Que decida el pueblo español el camino que España debe tomar. Me aseguran en el entorno monclovita que Sánchez no convocará elecciones generales. Y que sólo una moción de censura podría cuestionar su permanencia en el poder.

Luis María Anson,de la Real Academia Española.