Sin Perdón
Sanchismo y antisanchismo
«Cuando pierda el poder descubrirá lo inmisericorde que es el odio de los suyos»
La utilización de la bipolarización o el frentismo es siempre una tentación para políticos desesperados o ideológicamente extremistas. Es un camino fácil que tiene muy malas consecuencias. El PSOE hace mucho tiempo que lo utiliza, aunque, como el dios Jano, muestra dos caras. Se escandaliza cuando le critican o responden con su misma estrategia mientras dinamita cualquier puente con el PP. Ha sido una constante esta legislatura, aunque ahora Sánchez haya abandonado el plasma y ande a la búsqueda de entrevistas como si fuera un galgo persiguiendo a una presa. No había visto nada igual en mi vida. Por supuesto, la izquierda mediática ha comprado el mensaje monclovita. Ahora nos lo muestran como un líder progresista, enrollado y sensible socialmente. No hay más que ver TelePSOE y los medios sanchistas para asistir a este milagro que justificaría su canonización. El actual PSOE es el heredero del fanático sectarismo de Largo Caballero, por recordar a las dos almas que coexistieron durante la Segunda República y la Guerra Civil, y está alejado de Prieto o Besteiro.
Sánchez insiste en todas las entrevistas que la derecha política y mediática le odia. La realidad es que el odio surge de los dirigentes regionales de su partido. Sus apoyos mediáticos son los mismos que le despreciaban hasta que ganó la moción de censura. No he oído burlas más crueles que las que le dedicaban en privado sus actuales aliados. Por supuesto, cuando pierda el poder descubrirá lo inmisericorde que es el odio de los suyos. En cambio, recibirá la indiferencia de esa derecha mediática, como le ha sucedido a sus antecesores, que tan antipática le resulta. Como le sucede a cualquier «jarrón chino», todo dependerá del papel que decida adoptar. Los que nunca le perdonarán la derrota serán los suyos. Su frentismo y su política de pactos, heredera del Pacto del Tinell donde el socialismo quiso establecer un cordón sanitario contra el PP, ha conducido al sanchismo y el antisanchismo, que es el legítimo derecho que tiene el centro derecha de acabar con las leyes de adoctrinamiento, la colonización del sector público y el autoritarismo democrático.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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