El trípode del domingo

Los Santos Arcángeles de Dios: Miguel, Gabriel y Rafael

Hoy, la Iglesia católica universal celebra la memoria de tres Arcángeles: San Miguel, San Gabriel y San Rafael

Hoy 29 de septiembre, la Iglesia celebra la memoria de tres Arcángeles muy presentes en la Iglesia católica universal -e incluso en otras-: San Miguel, San Gabriel y San Rafael.

El primero de ellos, San Miguel, es considerado en la Sagrada Escritura como «el Príncipe de la milicia celestial». El libro del Apocalipsis narra cómo, ante la rebelión de Lucifer contra Dios al grito de «non serviam» («no serviré»), llevado por su soberbia al conocer que Jesucristo se iba a encarnar como hombre en el seno virginal de María, fue el Arcángel Miguel quien le expulsó del Cielo, mandándole al infierno a él y al tercio de ángeles celestes que le siguieron en su enfrentamiento contra Dios.

Su devoción se extiende de Oriente a Occidente con numerosos templos -desde catedrales a ermitas- a él dedicados, así también montes y colinas. Se le considera especial protector de la Iglesia ante el ataque de los demonios, refiriéndose a él incluso Dante en la Divina Comedia como quien se enfrenta a Lucifer al frente de sus ejércitos respectivos, representantes del Bien y el Mal.

En la Historia está recogida la experiencia del Papa León XIII el 13 de octubre de 1884 cuando, tras celebrar la Misa, quedó durante 10 minutos recogido con el rostro transido de terror, retirándose a continuación a escribir una oración. Contó que había tenido una visión en la que una multitud de ángeles caídos -demonios- volaban sobre la ciudad de Roma para atacarla y cómo San Miguel, al frente de la milicia celestial, se enfrentaba a ellos siendo derrotados. Esto tras ver a los fieles invocando su protección.

Es la «oración a San Miguel» que ordenó se rezara tras todas las misas celebradas en el orbe católico, y que fue suprimida con la reforma litúrgica tras el Concilio Ecuménico Vaticano II. Los papas San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco han recomendado que no sea olvidada por los fieles y rezada por ellos. El castillo de Sant'Angelo del Vaticano está coronado por San Miguel envainando la espada, evocando la defensa frente a la terrible epidemia de peste sufrida por la ciudad en 590, con la visión que tuvo el papa San Gregorio Magno al frente de la procesión para pedir su final.

Los otros dos Arcángeles son San Gabriel, el «mensajero de Dios» que anunció a la Virgen María la Encarnación del Señor en su seno virginal, y San Rafael como gran intercesor para la sanación de enfermedades y como guía y protector de los viajeros. Ambos, al igual que Miguel, están presentes en la Sagrada Escritura y gozan de extendida devoción.