Tribuna
La Segunda Guerra Fría: Las bazas de Occidente y cómo puede ganarla
La coalición occidental debe coordinar sus políticas respecto a Rusia, China y sus aliados del Sur Global
Al finalizar la guerra fría se esperaba que China y Rusia se integraran por interés propio en la estructura institucional que los aliados fundaron después de la Segunda Guerra Mundial. En 2001 China fue admitida en la Organización Mundial del Comercio. Entre 2001 y 2023 su superávit comercial con EEUU aumentó de 83.000 a 279.400 millones de dólares, eliminando 3,5 millones de empleos en EEUU. Rusia accedió al G8 y recibió numerosos préstamos e inversiones de bancos de desarrollo tradicionales y empresas occidentales.
En ambas potencias sus presidentes se convirtieron gradualmente en dictadores totalitarios que fomentan un culto a su personalidad y reprimen brutalmente cualquier desafío. Vladimir Putin ordenó la detención de miles de protestantes que reclamaban elecciones libres entre diciembre de 2011 y julio de 2013. El proyecto Media de Rusia calcula que entre 2018 y la actualidad se han encarcelado por motivos políticos a 116.000 personas. Putin rompió definitivamente con Occidente al invadir el Donbás y Crimea en 2014. Su aliado Ji Xinping anunció en 2015 el plan Made in China 2025 para conseguir mediante subvenciones sustanciales y robo de propiedad intelectual superar a Occidente en tecnologías punta. En 2018 Xi modificó la constitución china para poder ejercer un número ilimitado de mandatos.
Putin se equivocó al calcular que Occidente no reaccionaría a su invasión de Ucrania en febrero de 2022. Se forjó una alianza compuesta de EEUU, la Unión Europea, Reino Unido, Canadá, Japón, Corea de Sur, Australia, Nueva Zelanda y Taiwán. Estas democracias, cuyo PIB conjunto asciende a 58 billones de dólares, han congelado los activos rusos en el extranjero, prohibido inversiones en muchos sectores de su economía y cortado la importación de sus hidrocarburos. Pero Putin ha sabido reorientar las relaciones económicas de su país. China, India, Brasil, Sudáfrica, Indonesia, Turquía e Irán han mantenido sus multinacionales en Rusia. Están financiando la guerra de Putin al comprarle sus hidrocarburos, metales y materias primas agrícolas. China e India adquirieron el 90% del petróleo crudo exportado por Rusia en 2023.
Rusia y sus aliados promueven la utilización del yuan y rublo. En 2024 Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía se han incorporado al grupo de los BRICS. Sus líderes quieren emitir una moneda respaldada por el banco central del grupo. El PIB de los BRICS + es de 27 billones de dólares, lejos de los 58 billones de la coalición occidental.
La superioridad del dólar es aún abrumadora. Es la divisa empleada en el 40% de los intercambios comerciales. Entre 2009 y 2019, fue la moneda utilizada en el 96% de las transacciones comerciales en el continente americano, 74% en la región Asia-Pacífico y 79% en el resto del mundo. El dólar es una de las monedas en el 88% de intercambios de divisas y el yuan solamente en 7%. El estudio del Foro Monetario Oficial y de Instituciones Financieras de junio desvela las intenciones de los gestores de 73 bancos centrales con 5,4 billones en reservas. Prevén incrementar sus inversiones en dólares un 18% en los próximos dos años. El último estudio trimestral del FMI revela que un 58% de las reservas son en dólares, 19% en euros, 5,7% en yenes, 4,6% libras esterlinas, 2,5% dólares canadienses y 2,1% dólares australianos. Por consiguiente, un 92,8% de los 12 billones de reservas están denominadas en divisas occidentales, y sólo un 2,2% en yuanes.
En 2023, China sólo atrajo Inversión Extranjera Directa (IED) por valor de 3.300 millones de dólares, el registro más bajo en treinta años. El año pasado EEUU obtuvo 341.000 de IED. El mercado de bonos de EEUU, con un volumen de 51 billones, es más del doble que los 20 billones de China. Las diez mayores empresas estadounidenses son Microsoft, Apple, Nvidia, Alphabet, Amazon, Meta, Berkshire Hathaway, Eli Lilly, Broadcom y Tesla. Su capitalización bursátil conjunta de 18,1 billones de dólares supera el PIB de China (17,9 billones).
Durante la guerra fría la coalición URSS-China tuvo el apoyo del movimiento de países no alineados. Milei rechazó la adhesión de Argentina a los BRICS. Futuros presidentes brasileños serán más moderados. Occidente debe aplicar aranceles a las importaciones de bienes de potencias emergentes que financian a Putin. Hay que preparar a la opinión pública para una lucha que exigirá sacrificios, y no ofrecerle las simplistas fórmulas de los demagogos de extrema derecha e izquierda. Los partidos moderados deben escuchar el mensaje de las elecciones al Parlamento Europeo: rechazo a la agenda maximalista verde y de admisión de inmigrantes sin límite. La coalición occidental debe coordinar sus políticas respecto a Rusia, China y sus aliados del Sur Global. Todos los miembros de la OTAN deben invertir un 3% de su PIB en defensa. La economía de la URSS se hundió definitivamente debido a su invasión de Afganistán y su inferioridad tecnológica. Si se mantiene unido, Occidente triunfará en la Segunda Guerra Fría.
Dr. Alexandre Muns Rubiol.Profesor, EAE Business School.
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