Big data
Seis de cada diez españoles creen que hay una gran desigualdad entre hombres y mujeres
La educación y el trabajo son los dos elementos principales en la lucha por la equidad
En el pasado mes de enero el Centro de Investigaciones Sociológicas realizó un estudio de ámbito nacional, una de sus conclusiones fue que el 24,4% de las mujeres españolas en algún momento de su vida se había sentido discriminada, no se le permitió hacer algo, se le había molestado o le habían hecho sentirse inferior por ser mujer. Este porcentaje sigue siendo elevado, pero a lo largo de las últimas décadas ha ido menguando. En el polo opuesto también hay hombres que por su sexo han sentido esa discriminación, aunque en su caso se reduce al 2,5%.
Por otra parte, el 58,5% de los españoles calificaría las desigualdades que existen entre hombres y mujeres en nuestro país de muy o bastante grandes. Entre los hombres esta opinión es compartida por el 48,9%, mientras que entre las mujeres el porcentaje escala al 67,5%.
Pero en comparación con la situación de hace diez años, el 67,8% de la ciudadanía considera que las desigualdades entre hombres y mujeres son hoy menores.
En el caso de los varones se alcanza el 72,5% y entre las mujeres el 63,3%. Por lo que el camino andado ha sido positivo para la reducción de desigualdades por razón de sexo.
La educación/formación es el principal ascensor social y medio de igualación independientemente de la condición u origen de las personas.
En este análisis del CIS se constata que no hay diferencias significativas entre hombres y mujeres en sus estudios. ¿Entonces cuál es la causa de la pertinaz desigualdad?
La explicación a la persistencia de la percepción de desigualdad la encontramos en la actividad laboral y la renta per cápita; la población activa en proporción a la edad de personas en edad de trabajar se sitúa en España en el 58,6%, frente al 73,3% de la Unión Europea. Nuestro diferencial con Europa es de 14,7 puntos. Ese es el porcentaje de personas en edad y aptitud para el trabajo que renuncian voluntariamente al trabajo o incluso a inscribirse como demandante de empleo.
Somos la economía de la UE con mayor bolsa de personas autoexcluidas de la población activa, y por tanto no contribuyen al crecimiento del PIB y al mismo tiempo son una rémora para nuestra sociedad.
El estudio del CIS sitúa el nivel de empleo en el 56,9%, siendo del 63,2% en hombres y solo del 50,9% en mujeres, revelando una brecha de 12,3 puntos en el empleo entre hombres y mujeres.
Esto nos lleva a considerar no solo la educación, sino el trabajo, como los dos elementos en la lucha contra la desigualdad, una mujer formada y con la independencia económica que reporta el trabajo, podrá defender sus derechos en mejores condiciones que aquella que dependa económicamente.
La investigación del Centro de Investigaciones Sociológicas detecta un segundo elemento que ayuda a entender que persista discriminación de la mujer con respecto al hombre, se trata de la ocupación, siendo más mayoritaria entre las mujeres con trabajo como asalariada, con un 86,1%, frente al 79,2% de los varones. Mientras que entre los hombres con trabajo el 7,8% es empresario o profesional con asalariados frente al 3,5% de las mujeres.
Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la violencia contra la Mujer, que se conmemoró ayer, 25 de noviembre, la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Ángeles Carmona, ha lamentado las «vidas truncadas» de las 52 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año: «No podemos aceptar que en España una mujer sea asesinada por violencia machista cada 6 días». Es una realidad aterradora que demuestra que las políticas de la izquierda en la búsqueda de la igualdad no han funcionado.
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