Opinión

Los seis debates sanchistas

Pedro Sánchez ya ha dado a conocer las novedades –que no promesas, dada la acreditada credibilidad de su palabra– para mantener «su persona» de actualidad desde ahora hasta el 23-J

Pedro Sánchez ya ha dado a conocer las novedades –que no promesas, dada la acreditada credibilidad de su palabra– para mantener «su persona» de actualidad desde ahora hasta el 23-J: «Por sí y ante sí» ha decidido organizar la campaña electoral del jefe de la oposición, disponiendo que debe centrarse en 6 debates, 6 (como en los toros) con su persona, todos ellos televisados y en los principales medios de comunicación españoles a lo largo de otras tantas semanas consecutivas. Sin duda, es una auténtica novedad en la historia de la política, entre otras razones a la vista de sus precedentes opiniones al respecto en campañas electorales, en las que consideraba que el pluralismo político de nuestra sociedad obliga a que los debates sean con los candidatos de las principales fuerzas políticas, motivo por el que se negó por ejemplo a debatir cara a cara con Casado en la campaña de las generales de 2019. Resulta también novedoso que no quiera debates en los que estén presentes quienes le llevaron a La Moncloa hace cinco años con tan solo 84 diputados y que allí le han mantenido desde entonces.

Como es lógico, la respuesta no se ha hecho esperar por parte de Yolanda Díaz, los podemitas diversos y Abascal, entre otros. De todas formas, el imaginario español es creativo y ha aportado alternativas en cuanto a los protagonistas y los temas a debatir en esos seis encuentros. Entre estas propuestas, citaremos: 1) Un debate con los agricultores de la fresa; 2) Con alguna víctima de los violadores liberados gracias a la Ley del solo sí es sí; 3) Con un representante de los autónomos; 4) Ídem con catalanes y vascos constitucionalistas; 5) Ídem con las víctimas de ETA y, por último, 6) Con un periodista, a elegir entre Carlos Herrera, Alsina, Bieito Rubido, Vicente Vallés o Losantos.

Dudo que alguna de estas proposiciones sea aceptada, pero es una prueba más de la originalidad de la iniciativa sanchista y del sentido del humor ciudadano. Si pasamos a la seriedad, cabe decir que la propuesta de Sánchez es una prueba más –ya que su cara delata su estado de ánimo– de que el resultado del 28-M le ha dejado en KO técnico: quien propone muchos debates es siempre quien se sabe perdedor. No obstante, debería pensar que al electorado –ya «quemado» con las fechas veraniegas elegidas por él para la campaña y para las votaciones– no se le debe torturar con seis debates en los que él sea el protagonista estelar. Y con su estrella en declive.