Historias del mundo
El sonido humano de las gaviotas
«Bélgica celebra un curioso concurso de imitadores de estas aves tan denostadas»
Cuando evocamos el mar, además del susurrante ruido de las olas, en la banda sonora que recordamos, de fondo también resuenan los graznidos de las gaviotas. Unos animales que cada vez tienen peor fama. Para mejorar su imagen, en De Panne, al norte de Bélgica, celebran un curioso concurso que premia a quienes mejor imitan el cacareo de estas aves.
El responsable de Comunicación Científica y portavoz del VLIZ (Instituto Marino de Flandes), Jan Seys, y miembro del jurado durante todas las ediciones, reconoce que el nivel ha progresado muchísimo. «La gente aprende de los demás, y los mejores pueden producir gorjeos que realmente se parecen mucho a los naturales. También en cuanto a la vestimenta, año tras año, vemos un perfeccionamiento, con muchos participantes en 2023 hasta con alas y picos...». En las redes sociales se pueden ver los vídeos, y en efecto, si se cierran los ojos, parecen gaviotas de verdad.
Seys explica que no es fácil elegir al ganador y que los miembros del jurado son buenos conocedores del comportamiento y los chirridos de las gaviotas. «Imitar el ‘‘lenguaje’’ de las gaviotas sigue siendo lo más importante. Nos fijamos en el “tono de voz” (el canto y el “timbre”, ¿suena natural?) y lo completo del repertorio de las gaviotas». Los expertos son capaces de distinguir si son «llamadas de mendicidad, de contacto, de alarma»... Por lo que, «cuantos más tipos diferentes de fonaciones demuestre un participante, mayor será la puntuación».
Pero los imitadores no concursan por el premio en cuestión. El ganador recibe una medalla y una cesta con algunos alimentos locales. «Se trata sobre todo del honor», admite Seys.
Este certamen se celebra en un acogedor pub. Lo inició Claude Willaert, educador de un centro de visitantes costeros. Según Seys, «su objetivo era conseguir algo más de simpatía por las gaviotas, ya que son una de las partes más naturales de las costas de todo el mundo. Estas aves suelen ser vilipendiadas por la gente porque hacen ruido, abren papeleras, transmiten enfermedades, roban helados y bocadillos, etc.». Willaert «se dio cuenta de que, para contrarrestar los sentimientos negativos hacia las gaviotas, tenía que inventar algo que a la gente le encantara e hiciera feliz».
Y le salió bien. Después de un concurso nacional en 2018, «hemos celebrado tres ediciones “europeas”, con alrededor de 40 participantes», confiesa orgulloso Seys.
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