Historias del mundo

Los suecos completan su diccionario 140 años después

«Por fin se ha impreso el esperado último volumen de la lengua sueca»

Han tardado 140 años, pero por fin, se ha editado en su totalidad el Diccionario de la Academia Sueca. La gesta comenzó en 1883, y 10 años después publicaron el primer volumen, la letra A. Hoy, con 500.000 palabras, 8,2 millones de citas y 31.000 páginas los académicos han concluido la biblia de toda la lengua sueca.

«Es un trabajo muy meticuloso. Hay que ser muy precisos, minuciosos y profundizar, ya que se describen todos los significados y casi todos los usos de todas las palabras suecas desde el siglo XVI», explica Christian Mattsson, director editorial del Diccionario. Algunas de las citas estaban escritas a mano en pedazos de papel. Y, además, se han plasmado la ortografía y las declinaciones de todas las palabras suecas en estos últimos 500 años. Algunos términos llegan a tener 90 significados y usos diferentes, y todos han quedado ahora registrados.

140 años pueden parecer muchos, pero el ritmo ha sido diligente: «Hemos producido 200 abarrotadas páginas al año durante los últimos 40 años». Y es que Mattsson justifica el que haya tomado tanto tiempo: «Hemos descrito la historia de la lengua sueca de manera muy completa en 39 volúmenes». Curiosamente, para esta titánica obra han trabajado 140 empleados a tiempo completo. Pero, «por supuesto, tenemos especialistas y expertos a los que también hemos consultado».

Según Mattsson, imprimirán unos 200 ejemplares, aunque será totalmente gratis en la web. «La versión en papel es una tradición. Será para aficionados, para algunas bibliotecas y para aquellos que se compraron los 38 volúmenes anteriores», pero las actualizaciones ya se realizarán solo en internet.

El lenguaje está vivo y de ahí que durante estos años haya habido palabras que finalmente no han entrado en el diccionario. Un ejemplo de auge y caída de un término es el caso del verbo «Zlatanizar». Una manera de pegarle al balón al estilo del gran futbolista sueco Zlatan Ibrahimovic, que se usó durante una década. Sin embargo, con el fin de la carrera de este deportista su palabra también expiró.

En ese sentido, Mattsson asevera que el lenguaje está en continuo desarrollo. «Y lo que hoy es incorrecto, mañana es correcto. Y lo que hoy es correcto mañana puede ser incorrecto».