Canela fina

La trampa, el censo, el correo, etc.

«Sánchez se ha adueñado de las principales instituciones con incidencia en las elecciones generales»

«El espíritu de partido es como una linterna sorda: no alumbra más que un sendero estrecho, y su sombra intenta cubrir el abismo», escribió Ernest Renan en Porvenir de la ciencia. La realidad ha desbaratado las políticas del PSOE sanchista sobre corrupción, feminismo, respeto al pensamiento ajeno. A Pedro Sánchez que teme pasar del poder al banquillo de los acusados, solo le queda, para salvarse del cerco judicial, incidir en el resultado electoral. Se ha adueñado ya de las principales instituciones públicas y privadas que condicionan las elecciones, desde Indra a RTVE, desde Correos al CIS.

Y sus alfiles se han desplegado por todas ellas con incidencia especial en el censo y en Correos. En el censo porque España tenía hace cuatro años 47 millones de habitantes y si se cumplen sus propósitos se contextualizarán para las próximas elecciones 50 millones. Esos tres millones de inmigrantes nacionalizados, de hijos de inmigrantes y de varias camelancias pueden desbaratar el resultado electoral que las encuestas serias señalan hoy por hoy como catastrófico para el sanchismo. El voto por correo, por otra parte, no es fácilmente controlable y la fontanera Díez ya estuvo brujuleando por él en las elecciones de 2023. Además hay varias fórmulas para trampear las elecciones, como han demostrado los amigos hispanoamericanos del sanchismo, si bien son muchos los militantes socialistas que están seguros de que Pedro Sánchez abordará limpiamente las próximas elecciones generales.

En todo caso, las informaciones contrastadas que me llegan del Partido Popular es que Núñez Feijóo ha ordenado que se ejerza un control exhaustivo. Expertos electorales en digitalización están ya trabajando para evitar maniobras que puedan adulterar el resultado electoral, aunque el establecimiento de un censo agrandado a través de los inmigrantes tal vez no tenga solución.

Pedro Sánchez sabe que se juega algo más que la pérdida de las elecciones. Hará todo lo posible para mantener al menos la situación actual y cuenta para ello con que Feijóo cometerá errores de bulto como en los comicios del año 2023. Mal asunto, en fin. Parece claro que la situación española no invita ni a la tranquilidad ni a la transparencia. Además del censo y la eventual manipulación del voto por correo, se dibuja un largo etcétera de dudas e incógnitas.