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Competencia sana

La Razón
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Cuando en un mercado rivalizan abierta y verdaderamente varias empresas la competencia suele ser positiva para los consumidores, pues ayuda a que aumente la calidad de los productos y servicios, los precios deben ajustarse, y las distintas opciones existentes permiten seleccionar, elegir y tomar decisiones en función de las ventajas que ofrece cada una de las compañías. En España hay multitud ejemplos de mercados que vivían en una situación monopolística, y cuando han pasado ser competitivos, en la mayoría de los casos han descendido los precios y mejorado los productos y servicios. Por desgracia, en otros sectores la competencia es más de palabra que real, y su efecto real en el mercado es casi nulo.

Algo similar ocurre con la publicidad comparativa: en otros países se ven excelentes campañas entre empresas competidoras, cargadas de humor e ironía, muchas veces no exenta de mordacidad, y sin temer en ocasiones reírse de sí mismos. La guerra de las colas entre Coca-Cola y Pepsi es un clásico de la mejor publicidad norteamericana, como la de Apple contra el PC, y algunas otras.

Recientemente se ha podido ver un buen ejemplo en Francia: McDonalds colocó en una carretera una valla presumiendo de su numerosa red de restaurantes y señalaba que faltaban sólo 5 km para llegar a su próximo establecimiento, frente a los 258 km que quedaban para el siguiente Burger King. La respuesta de éste no se hizo esperar: en un vídeo muestra a una pareja parando en el McDonalds y pedir el café más grande que tengan, para llegar bien despiertos a comer en ese Burger King tan lejano. Y acaban agradeciendo a su competidor que esté «en todas partes».

En Alemania, que consideramos tan serios, vemos otro divertido anuncio con la felicitación de Mercedes-Benz por el centenario de su competidor BMW, recordando que ellos estaban bastante antes: «Los 30 años anteriores fueron un poco aburridos». También Porsche ha felicitado a BMW mostrando dos coches de ambas marcas junto al titular: «El futuro nos depara grandes retos. Nos enfrenaremos a ellos con el placer de la conducción».

Quizá es el sentido del humor español lo que dificulta o impide que salgan aquí este tipo de anuncios y campañas, que seguramente benefician a todas las marcas implicadas. Y es algo que nos perdemos..