Historia

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La gran depresión

La Razón
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La elección de Franklin D. Roosevelt como presidente de los Estados Unidos en el año 1932 ha originado una ruptura de hecho en el orden constitucional de la Nación, que es necesario comprender en la difícil situación económica de Norteamérica hasta la Guerra Fría. El New Deal anunció un aumento de potencialidad del poder ejecutivo, así como de la burocracia federal. La preeminencia del Congreso puesta en entredicho por la alta actividad del presidente de la Nación, que se atribuyó importantes privilegios, como por ejemplo poder de concebir y aplicar un programa legislativo, y crear nuevas instituciones federales y administrarlas. Roosevelt, que trabajó denodadamente, pudo, gracias a la comunicación por radio, dirigirse a toda la Nación. La gran depresión dio la oportunidad para destacar un liderazgo presidencial carismático, cuya política reposó sobre tres columnas: la dirección de los partidos, el control de las instituciones políticas en los Estados y la dirección más apropiada para la sociedad en el Congreso. Ello creó una nueva expresión de la ciudadanía, sin pergaminos ideológicos, sino de urgencia imprescindible.

La Gran Depresión, que comenzó con el crack de la Bolsa neoyorkina de 1929, fue la «batalla» de toda la historia norteamericana. Duró mucho más tiempo que ninguna y duró mucho más tiempo porque durante tres años, sombríos y trágicos, siguió una abrumadora curva descendente que parecía imparable. Pasó una década entera antes de que se volviera al retorno de la prosperidad de los años veinte. Su daño psicológico fue infinitamente mayor; por añadidura se extendió al mundo entero. Los muchos análisis que hicieron los economistas, pocos acertaron. Suele advertirse como razón más probable que la prosperidad de los años veinte se había levantado sobre bases de crecimiento muy débiles. La mayor debilidad económica fue que la capacidad de producir había sobrepasado demasiado a la de consumo y que una parte sustancial de la población –los granjeros fueron inversores e incluso trabajadores de la industria en declive como carbón y textiles– no compartieron la prosperidad general. Son otras razones, una muy importante fue el derrumbamiento del auge inmobiliario; la línea descendente estadística alcanzó Wall Street, lo cual supuso un derrumbe devastador.

Roosevelt fue elegido (4 de marzo de 1933) e hizo famosa la frase: «A lo único que debemos temer es al mismo miedo». Siguió un período de disposiciones frenéticas del presidente: el Congreso aprobó quince importantes leyes que afectaban al desempleo, la industria, la agricultura, el transporte, la Banca, la moneda, etc. La Bolsa de Nueva York tembló.

El cambio de curso de Roosevelt comenzó a producir resultados concretos en abril de 1935, cuando el Congreso, a propuesta del presidente, creó un organismo de resultados importantes: la Dirección de Progreso Laboral (o de Proyectos Laborales, más adelante) reemplazando el plan de Subsidios de Urgencia de 1933, dedicado absolutamente a mitigar el paro. En ocho años de historia empleó ocho millones y medio de personas: lo más importante fue la reparación de un número enorme de carreteras, puentes, hospitales, escuelas, pistas de aterrizaje y despegue de aeródromos; ayudas a escritores, artistas y actores teatrales, con una serie de catálogos de guías y ayudas para investigaciones; también conciertos de música y artes. Quizá la ayuda más decisiva fue la del teatro, que empleó a más de doce mil actores.

La mayor importancia de la presidencia de Roosevelt no radicó en el New Deal, sino en la política interior, transformada en política internacional más adelante. En este momento histórico hay en la opinión pública norteamericana dos mentalidades: la aislacionista y la internacionalista, que en la etapa de la bipolaridad de poderes, es occidentalista. Las dos mentalidades dividían prácticamente en dos sectores a la opinión pública, en la que nuevamente hemos de destacar la personalidad de Roosevelt y la unidad de criterio y pensamiento con la coherencia anglosajona en zonas de acuerdo en una línea iniciada en 1941.