Distribución
Sabiduría popular
Una de las características fundamentales de las marcas de éxito es conseguir ser modernas y actuales para poder conectar con los jóvenes y los nuevos consumidores, que suelen rechazar lo anticuado o simplemente demasiado clásico. Pero hay algunos sectores, como la alimentación, en los que tener una imagen de modernidad no es tan importante como transmitir la idea de que sus productos son totalmente naturales y elaborados de la forma más clásica y tradicional, pues ése es el mensaje que pretenden llevar a los consumidores.
Una de las marcas que de forma más clara emplean esta estrategia es Litoral, que hace muchos años comenzó a anunciar sus latas de fabada con una abuela divertida y bromista que se burlaba de los jóvenes urbanitas que aparecían por su aldea para probar su auténtica fabada, que ella había preparado «al fuego lento» de una simple lata abierta. La campaña, además de mostrar la calidad del producto, en teoría indistinguible del auténtico plato asturiano, ironizaba sobre esos habitantes de la ciudad que buscaban experiencias auténticas en el campo, todo en un tono de humor muy español y picaresco, con su graciosa abuela timadora. Como esos corrales y pensiones reconvertidos en «casas de turismo rural» que muchos hemos sufrido.
La agencia Tiempo BBDO, autora de esa campaña, ha sabido mantener la línea creativa desde entonces, superando incluso la pérdida de alguna de esas primeras abuelas por simples motivos de edad. Llegó así al refranero popular, ese «pozo de sabiduría» donde se pueden encontrar frases hechas para defender categóricamente cualquier postura y su contraria. Ahora adapta refranes para contar las bondades de la marca y de las buenas costumbres que pasan por comer esos «platos típicos españoles» que fabrica y envasa Litoral: desde el cocido madrileño a las lentejas riojanas, sin olvidar la fabada. El tono de humor sigue siendo clave para que los consumidores no consideren muy exagerado y poco creíble que una lata o plato preparado, por bueno que sea, resulte similar a lo que cocina durante horas una abuela. Algo que quizás no piensan otras marcas, que parecen tomarse demasiado en serio, como ésa en las que los abuelos ofrecen pizzas precocinadas o embutidos envasados para dar de comer a su nieto, a pesar de vivir en una masía campestre donde se supone que tienen los mejores alimentos naturales a su disposición.
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