Unión Europea

Visiones hispanas

El caso es que Reino Unido ha conseguido, para sí, ni lo que Napoleón, ni Felipe II ni Hitler consiguieron, el aislacionismo (y, por definición, quien se separa o divorcia, puede terminar teniendo con «el otro» una «relación pacífica»; o no)

La Razón
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En un «mundo» en que la China comunista pide libre comercio, mientras que EE UU opta por proteccionismo, o en un mundo en que los trabajadores votan a Le Pen, parece que hay radio de acción para la imaginación y el discurso. Y ¿Europa?

Cuando resulta que la «Europa real» (es decir, la Europa de la mano de Roma, nada menos que desde el siglo I hasta el XVII...) estalló porque nórdicos, anglos y sajones no querían ni Roma ni universalidad, sino solo Estado nacional... ahora resulta que los amigos holandeses y alemanes se quedan sin su gran «referente histórico» (el Reino Unido). ¿Qué va a ser de ellos sin el adalid de la causa? ¿El regreso de Roma? ¡Imposible!

A priori, el caso es que Reino Unido ha conseguido, para sí, ni lo que Napoleón, ni Felipe II ni Hitler consiguieron, el aislacionismo (y, por definición, quien se separa o divorcia, puede terminar teniendo con «el otro» una «relación pacífica»; o no). Eso sí, Europa debería empezar a fijarse más en la defensa de los intereses de quienes son miembros de la Unión... pero no me imagino, sinceramente, a un holandés defendiendo un Gibraltar español, por ejemplo. Aunque quién sabe si la lógica puede funcionar alguna vez. La Unión Europea no es un medio para la promoción internacional de los Estados miembros, pero creo que, en el fondo, lo que en gran parte desagradó a Gran Bretaña es una Europa derrochando sus energías en saber si un determinado «Decreto nacional» es compatible o no con una «Directiva europea»; que es para lo que sirve la Unión Europea hoy día.

En el mundo, ciertas potencias se disputan el protagonismo: EE UU manda misiles sin saber dónde apunta, pero el caso es mandar el misil. En este marco de visiones, hasta Hispanoamérica podría llegar a ser un factor estratégico en el marco de las posibles alianzas, y así debería ser, en términos de pura lógica y justicia con la historia. Si en un futuro se consolidan otras potencias mundiales (China, Rusia...) y el mundo se hace más pequeño, EE UU debe darse cuenta del valor de aliado común que puede ser Hispanoamérica y la «relación especial» con España y el Reino Unido, respectivamente. Creo que, en general, el mundo hispánico se merece más, es decir, que se oiga más su voz en el plano internacional. Hace falta un interlocutor hispano que, de una vez, defienda intereses comunes, en lo que de común hay, que lo hay, sin perjuicio de las particularidades. La gran paradoja final es que, por esta vía, el futuro podría estar en una alianza entre lo español y lo inglés (el spanglish como futuro), pero, entonces, con dignidad, y por tanto de nuevo (por segunda vez), ¡el Peñón!, Puerto Rico y las Malvinas. Si EEUU se ciega, podría causar que el mundo hispano mirase hacia otras alianzas en el futuro.

En España, en lo internacional, pesa, más incluso de lo que parece, el problema catalán. Ante el problema que tenemos, se impone el discurso prudente y tímido: fue llamativo cómo, a poco que España alzó la voz con Gibraltar (otra vez sale el dichoso Peñón), el Reino Unido, medio en serio medio en broma, ya nos avisó de su posible apoyo a la Cataluña del separatismo... (y algo parecido ha hecho Maduro cuando se siente ofendido por nuestros políticos). Por eso, el Gobierno hace bien cuando tiene una actitud de prudencia en lo internacional (gracias a ello, de momento ni Marruecos recibe a Puigdemont), pero el caso es que este problema nos debilita a todos, también a los intereses comunes de todos, sean de Madrid o sean de Barcelona, pese a que darse cuenta de este factor debería primar en un nuevo contexto internacional de alianzas entre potencias y países. ¿Tan ciego está el localismo? Creo que la Cataluña gobernante debe despertar ya; y darse cuenta de dónde está su lugar en el mundo, a la hora de sumar, y no de restar. Hasta para ellos, estar en España es la vía para la promoción de sus propios valores en Baleares y Valencia. Se mire por donde se mire, ¡lo internacional es lo importante!