
Las correcciones
Trump y Putin redibujan Europa en Alasksa
El presidente americano mantiene que cualquier acuerdo pasa porque Ucrania ceda territorios
Estados Unidos ha rebajado deliberadamente las expectativas sobre la cumbre en Alaska. El primer encuentro cara a cara entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin desde 2021. El primero, desde el regreso del republicano a la Casa Blanca. Trump describió el histórico encuentro como «una reunión para tantear el terreno». «Puede que diga: “Mucha suerte, sigan luchando”. O puede que diga: “Podemos llegar a un acuerdo”». Su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, puntualizó que se trata de «un ejercicio de escucha». Con Trump, sin embargo, es mejor esperar lo inesperado.
Para el presidente francés, Emmanuel Macron, Trump acude hoy a Alaska para arrancar un acuerdo de alto el fuego a Putin. Lo dijo en la cumbre previa de líderes europeos, en la que se excluyó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras su negativa a arrimar el hombro en Ucrania y aumentar el gasto en defensa como exige la OTAN. Es lo que pasa cuando se va a la contra.
El veterano diplomático Yuri Ushakov, el hombre que susurra al oído de Putin en materia de política exterior, confirmó recientemente que habían recibido una «oferta [de EE UU] que consideramos bastante aceptable». El mismo Trump insinuó que cualquier acuerdo pasa porque Ucrania ceda territorios. Más detalles del supuesto borrador se publicaron en un medio de comunicación polaco, «Onet», en el que se decía que el pacto incluye el alto el fuego, el reconocimiento de facto de los territorios conquistados por Rusia en el Donbás y el levantamiento de la mayoría de las sanciones estadounidenses. Un acuerdo que otorgaría a las empresas estadounidenses un acceso privilegiado al petróleo y el gas rusos. Las evasivas de Trump y de su secretaria de Prensa podrían ser una estrategia para calmar a aquellos que temen que el presidente americano se enrede en un acuerdo rápido con Putin.
No está clara cuál va a ser la posición del presidente ruso respecto a la oferta washingtoniana. Puede mantenerse en el «no» como hizo con la primera propuesta de alto el fuego temporal o podría aceptar un acuerdo que está escrito en unos términos bastante favorables. En el caso de que hoy se anunciase un pacto, sería solo el primer paso de un largo y pedregoso proceso. Putin podría ceder ante la presión de los tecnócratas rusos. Los analistas económicos advierten que el país puede situarse en un escenario de recesión en octubre. La amenaza de Trump de imponer un arancel adicional del 25% a la India por sus compras de petróleo ruso ha puesto en alerta a los apparatchiks del Kremlin.
¿Puede, por su parte, el presidente Zelenski aceptar un acuerdo que no ha negociado? El presidente ucraniano ha rechazado categóricamente cualquier cesión territorial. No está claro que pueda sobrevivir políticamente a este trance. Los ucranianos, sin embargo, empiezan a acusar el cansancio de los tres años de guerra. Según una encuesta de Gallup, el 69% de los ciudadanos son partidarios de un alto el fuego frente al 24% que optan por seguir luchando. Para Zelenski, la cumbre de Alaska supone una victoria en sí misma para Putin. No le falta razón. El presidente ruso ve la cumbre como un Yalta II, un encuentro donde las dos superpotencias redibujan el mapa europeo y se reparten sus esferas de influencia como hicieron después de la II Guerra Mundial. Mientras, Europa mira.
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