Al portador
El Ventorro, Mazón y Feijóo y la vergüenza ante los errores
Feijóo, mejor que nadie, sabe que el camino hacia La Moncloa es largo, difícil y repleto de trampas, de amigos y enemigos
Jean de La Fontaine (1621-1695), famoso por sus «Fábulas», explicaba que «la vergüenza de confesar el primer error hace cometer muchos otros». Carlos Mazón, ya expresidente de la Comunidad Valenciana, es bastante probable que no haya leído al fabulista francés. Su conocimiento podría haberle ahorrado bastantes errores y abundantes problemas. Álvaro García Ortiz, el fiscal general condenado, es muy posible que conozca la obra del galo, aunque eso no le impidió –por vergüenza o porque se lo impidieron– admitir un primer error que hubiera evitado otros muchos. Las andanzas de Mazón la tarde infausta de la DANA permanecen rodeadas de un misterio que alimenta especulaciones. Salomé Pradas, la exconsejera de Medio Ambiente, acaba de acusar a su exjefe de mentir.
Carlos Mazón no es un asesino, como le acusan familiares de las víctimas, pero sí es responsable político de una gestión torpe y confusa, agravara o no la situación. Su dimisión era obligada los días siguientes, y su resistencia solo ha servido para prolongar una agonía política que ha vuelto a perjudicar al PP. Todo se complica, además, por su más que famoso almuerzo con Maribel Vilaplana en el restaurante «El Ventorro» y por donde fuera al salir de allí. Por cierto, «El Ventorro», que está en la esquina de la calle de la Tertulia y que solo abre de lunes a viernes, ha quitado de su fachada las placas con el nombre del establecimiento. Es extraño. Molestia o vergüenza. Todavía hoy, abundantes turistas –españoles, claro, porque los extranjeros no saben de qué va el asunto– se acercan hasta allí y se hacen fotos en la puerta. Ahora ya no pone en ningún lado «El Ventorro», pero da igual. Eso sí, los curiosos también comprueban que apenas se tarda cuatro minutos a pie desde el restaurante hasta el parking al que Mazón dice que acompañó a Vilaplana.
Pocos recordarán con el tiempo al político valenciano, aunque Núñez Feijóo nunca olvidará que las prisas de Mazón por pactar con Vox le perjudicaron en las elecciones de 2023 y quizá le impidieron llegar a la Moncloa. El líder del PP consiguió el domingo reunir un número suficiente de simpatizantes en Madrid como para poder decir que la convocatoria fue un éxito y poder insuflar más ánimo entre los suyos. Él, mejor que nadie, sabe que el camino hacia la Moncloa es largo, difícil y repleto de trampas, de amigos y enemigos. También por eso –y sobre todo en política– no hay que tener vergüenza para reconocer un error y así evitar cometer otros muchos, como advertía La Fontaine.