Mar en calma

¡Vivir!

La obsesión por «figurar» en escenarios inverosímiles, denota dos males de nuestra sociedad: egocentrismo y soledad

De nuevo un trágico incidente por un «selfie» acabó con la vida de la influencer rusa Inessa Polenko quien cruzó una barrera de seguridad en un mirador, buscando el ángulo perfecto para su foto. Perdió el equilibrio, cayó desde una altura de 50 metros y falleció en el hospital.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos ha hecho un llamado a la creación de «zonas prohibidas para selfies» en sitios de alto riesgo, como cimas de montañas, edificios altos y lagos, para acabar con estos accidentes mortales. Mientras las redes sociales ganan fuerza, la seguridad debe ser una prioridad. Hay riesgos que hay que evitar. Conseguir el mayor número de «likes», vídeos virales a costa de, incluso, jugarse la vida, desafían el sentido común. Vargas Llosa denuncia una «cultura del entretenimiento devastadora». La obsesión por «figurar» en escenarios inverosímiles, denota dos males de nuestra sociedad: egocentrismo y soledad.

Muchas personas se han caído de un balcón cuando se hacían una autofoto al ceder la barandilla sobre la que se apoyaban. El vídeo de una portuguesa a la que obreros de la construcción de edificios cercanos le pidieron hace años que bajara de la barandilla en Panamá, precipitándose al vacío, se hizo viral.

Tampoco olvido la muerte de los Mackowiak, una joven pareja, en su mejor momento laboral y familiar. Él, un científico reconocido que daba conferencias en medio mundo y ella, licenciada en geografía, con una próspera empresa familiar de tours turísticos. La última foto de él, Michal, obsesionado con capturar la emoción del momento, fue ya cayendo por el acantilado al que quisieron acercarse saltándose la barrera de seguridad, con el cielo borroso. Captaba la mayor tragedia de una familia rota que al día siguiente comenzaba sus vacaciones. Dejaron dos huérfanos y mucho dolor e incomprensión alrededor.

Hay algo mucho más urgente y necesario que contar lo que se vive o vivir para aparentar. Y es, simplemente ¡VIVIR!