País Vasco

La extraña y curiosa conexión entre Miami y el País Vasco que casi nadie conoce

Una ciudad vibrante como Miami guarda en sus calles y nombres un legado vasco que se remonta siglos atrás y que aún late en su cultura deportiva y geografía

La extraña y curiosa conexión entre Miami y el País Vasco que casi nadie conoce
La extraña y curiosa conexión entre Miami y el País Vasco que casi nadie conoceLa Razón

Cuando se piensa en Miami, lo primero que viene a la mente son sus playas doradas, su arquitectura art déco y su energía latina. Sin embargo, lo que pocos saben es que bajo esa superficie tropical se esconde una conexión insólita y duradera con un rincón del norte de España: el País Vasco.

Este vínculo entre vascos y la ciudad más emblemática del sur de Florida va mucho más allá de una simple casualidad histórica. Se manifiesta tanto en el terreno deportivo como en la toponimia local, y tiene raíces que se remontan al periodo colonial y a la inmigración vasca en América.

Jai Alai: la pelota vasca que conquistó Miami

Uno de los símbolos más curiosos de esta relación es el deporte del jai alai, una modalidad de pelota vasca que vivió su época dorada precisamente en Miami. En euskera, jai alai significa “fiesta alegre”, y no es casual que ese fuera el espíritu que impregnaba los frontones del sur de Florida durante los años 70 y 80. En Barcelona '92 llegó incluso a ser deporte olímpico.

Jai alai, una modalidad de pelota vasca que se practica con una cesta de mimbre
Jai alai, una modalidad de pelota vasca que se practica con una cesta de mimbreFederación española de pelota

En esa época, el jai alai no era sólo un deporte, sino un fenómeno social. Frontones como el Miami Jai Alai atrajeron multitudes, apuestas millonarias y una mezcla de glamour y decadencia que casaba a la perfección con la atmósfera de la ciudad. El deporte era rápido, visual y exótico, lo que encajaba perfectamente con el apetito de la ciudad por el espectáculo.

El auge de este deporte coincidió con una oleada de inmigrantes vascos que trajeron consigo esta tradición centenaria. Muchos pelotaris llegaron a Florida desde pequeñas localidades de Euskadi para jugar profesionalmente. Algunos se quedaron a vivir, tejiendo un pequeño pero influyente núcleo vasco en la ciudad.

Aunque el furor por esta práctica decayó en los años 90, en los últimos tiempos ha empezado a resurgir con un impulso renovado, especialmente en Centroamérica. Figuras del entretenimiento como el cantante Pitbull han invertido en la nueva liga de jai alai, apostando por devolverle protagonismo en la era digital. En 2021, se reactivaron partidos profesionales con el objetivo de revitalizar la tradición e incluso adaptar el deporte a formatos más modernos y accesibles para nuevas audiencias.

Más allá del deporte, la huella vasca en la geografía

La relación no se limita al terreno deportivo. También la geografía de Miami da pistas claras del rastro vasco en la ciudad. Basta con mirar un mapa para encontrar nombres como Cayo Vizcaíno (Key Biscayne, en inglés) o la Bahía Vizcaína. Estos topónimos no son arbitrarios: están vinculados a marinos vascos que exploraron la costa este de Florida durante los siglos XVI y XVII.

Según diversos registros históricos, el nombre de Vizcaíno se remonta a exploradores españoles, entre ellos vascos provenientes de allí, que navegaron estas aguas en busca de nuevas rutas y asentamientos. El apelativo “vizcaíno” se utilizaba entonces de forma general para referirse a marinos del norte de España, y habría sido uno de ellos quien dio nombre al cayo e incluso inspiró la denominación de la bahía.

Además, en pleno corazón de Miami, se encuentra la Villa Vizcaya, una mansión de estilo renacentista italiano construida en 1916 y rodeada de jardines exuberantes. Aunque no está directamente vinculada a Euskadi, el nombre es otro eco de esa herencia vasca que persiste en los rincones más insospechados de la ciudad.

Villa Vizcaya, en Miami
Villa Vizcaya, en MiamiMiami Museum

A pesar de que hoy día el vínculo entre Miami y el País Vasco no sea conocido por la mayoría, la huella que ha dejado esta conexión es profunda, hay una historia compartida entre dos mundos aparentemente distantes que han sabido encontrarse a través del deporte, la historia y la cultura. Como dicen en Bilbao, “los vascos nacen donde quieren”. Y en el caso de la ciudad floridana, dejaron una marca tan viva que todavía hoy merece ser redescubierta.