
País Vasco
Una influencer vasca expone la similitud entre el euskera y el japonés: “No es normal que se parezcan tanto”
La creadora de contenido Aroyitt despierta un debate lingüístico en redes al comparar palabras de euskera y japonés con sorprendentes coincidencias fonéticas y de significado

¿Puede haber una conexión insospechada entre dos lenguas habladas en extremos opuestos del planeta? La influencer vasca Aroia García, conocida como Aroyitt por su trabajo como streamer, actriz de doblaje y divulgadora en redes sociales, ha desatado una ola de comentarios al compartir un vídeo donde plantea una curiosa reflexión: ¿por qué hay tantas palabras similares entre el euskera y el japonés?
Con más de 1,9 millones de seguidores en Twitch y una audiencia fiel en TikTok, Instagram y otras plataformas, Aroyitt ha despertado el interés y la sorpresa de miles de con un sencillo vídeo en el que enumera coincidencias lingüísticas que, según ella, “no pueden ser normales”. En su mensaje no hay una afirmación rotunda, sino una mezcla de asombro, entusiasmo y ganas de aprender. Pero su planteamiento no ha pasado desapercibido.
“Me he dado cuenta de que el euskera se parece un montón al japonés”, afirma Aroia en el vídeo, donde comienza compartiendo su experiencia como hablante nativa de euskera y castellano. Durante toda su vida académica ha estudiado en euskera, y recientemente, al escuchar palabras japonesas, le ha llamado la atención la similitud de términos que, según dice, significan lo mismo y suenan de forma casi idéntica.
Como ejemplos, Aroia menciona:
- “Borrokatu” (luchar o pelear, en euskera) y “borokeru” (pelearse, en japonés).
- “Anai” (hermano, en euskera) y “ani” (hermano mayor, en japonés).
- “Txori” (pájaro, en euskera) y “tori” (pájaro, en japonés).
- “Da” (ser o estar, en ambos idiomas).
- “Bakarik” (solo o únicamente, en euskera) y “bakari” (solo, en japonés).
- “Musu” (beso, en euskera) y “musuko” (hijo, en japonés, aunque Aroia lo asocia fonéticamente con "del beso").
- “Toki” (lugar, en euskera) y “toki” (tiempo o momento, en japonés).
- “Akitu” (cansado o terminado, en euskera) y “akita” (acabado, en japonés).
- “Nagusi” (jefe o mayor, en euskera) y “nushi” (señor, en japonés).
Algunas de estas coincidencias parecen anecdóticas o superficiales, pero otras han despertado curiosidad genuina en la comunidad de hablantes y estudiosos del lenguaje. “Tiene que haber algo”, dice Aroyitt, entre risas, pero con una genuina inquietud. “No es normal que se parezcan tanto dos idiomas que se hablan en lugares tan distintos”.
¿Existe alguna relación real entre el euskera y el japonés?
Desde el punto de vista lingüístico, el euskera y el japonés pertenecen a familias completamente distintas, o al menos eso es lo que establece la clasificación tradicional. El euskera es una lengua aislada, y se habla exclusivamente en el País Vasco y algunas zonas de Navarra. Por su parte, el japonés forma parte del grupo de las lenguas japónicas, habladas en el archipiélago nipón.
Históricamente, se han propuesto teorías que buscaban conectar el euskera con otras lenguas remotas, incluidas las caucásicas, las bereberes e incluso las dravídicas de India, pero ninguna ha sido ampliamente aceptada por la comunidad científica. Las semejanzas que apunta Aroia, aunque llamativas, podrían responder más a fenómenos de coincidencia fonética que a una raíz común.
“Dos palabras pueden sonar igual en dos idiomas sin que eso implique relación alguna”, explican expertos en filología. Es el caso, por ejemplo, de “gift” en inglés (regalo) y “Gift” en alemán (veneno): palabras idénticas con significados totalmente distintos. A este fenómeno se le llama falsos cognados o coincidencias léxicas.
A pesar de que su planteamiento no sea científico, Aroyitt ha sido capaz de despertar la curiosidad por las lenguas y poner sobre la mesa una cuestión que acumula casi 40.000 likes en TikTok.
“Soy una friki de los idiomas”, confiesa. Y lo cierto es que su pasión por la lingüística ha conectado con un amplio público que se ha volcado en los comentarios para aportar más ejemplos, debatir o simplemente compartir el asombro.
La reflexión de fondo no es tanto si el euskera y el japonés están conectados, algo que, de momento, carece de evidencia sólida, sino cómo las lenguas pueden parecerse de formas misteriosas, y cómo la observación cotidiana puede ser el primer paso para despertar vocaciones, inquietudes y nuevas preguntas. Sea una coincidencia o una simple anécdota, esta creadora de contenido ha logrado que miles de personas hablen de dos lenguas fascinantes.
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