
País Vasco
¿Qué significa la bandera del País Vasco? El origen que no todos los vascos conocen
La ikurriña, más que una bandera, es un símbolo cargado de historia y cultura: pocos conocen el significado de sus colores y el viaje que la convirtió en el estandarte identitario vasco

El 14 de julio de 1894 en Bilbao, cuando la ikurriña se alzó por primera vez en el balcón del Euskeldun Batzokija, pocos imaginarían que acabaría convertido en emblema oficial de una comunidad autónoma. Concebida originalmente por los hermanos Sabino y Luis Arana como bandera de Vizcaya, con el tiempo se consolidó como símbolo de todo el País Vasco. Pero ¿qué representan los colores rojo, verde y blanco? Y, sobre todo, ¿por qué su significado sigue despertando curiosidad incluso entre quienes la portan?
¿Qué significan los colores de la ‘ikurriña’? De Vizcaya al sentimiento colectivo
La historia de la ikurriña comienza en el contexto del nacimiento del nacionalismo vasco. Sabino y Luis Arana diseñaron la bandera como identificación de Vizcaya, inspirados en el escudo provincial: el rojo, tomado del fondo del escudo; la cruz verde de San Andrés, simbolizando el roble de Guernica y las libertades forales; y la cruz blanca, expresión de la fe cristiana, muy ligado al nacionalismo vasco en su origen.
Si bien inicialmente era un símbolo local, en apenas tres décadas se abrió paso lingüísticamente y culturalmente como representación de la región.
Poner en palabras lo que tradiciones, batallas y fe reflejan en un diseño puede parecer intangible, pero la ikurriña lo logra de forma simbólica:
- Rojo: representa al pueblo vasco, su historia e identidad. Originariamente asociado a Vizcaya.
- Verde: es la cruz de San Andrés y un guiño al emblemático roble de Gernika, tótem de la libertad vasca.
- Blanco: encarna los valores cristianos que han formado parte de la cultura vasca.

Entre la ley y los símbolos prohibidos
La ikurriña fue oficialmente adoptada como bandera del País Vasco en 1936, durante la República, pero su exhibición fue prohibida bajo el franquismo, hasta su legalización en 1977 y su consagración en el Estatuto de Autonomía de 1979.
La ikurriña incluso ha traspasado océanos. Aparece en la bandera no oficial de Saint-Pierre-et-Miquelon, una colectividad francesa frente a Canadá, como símbolo de la herencia vasca de los colonos. También ha inspirado reinterpretaciones como la "ikurriña americana" de Edu de la Herrán, que fusiona la bandera de EE. UU. y la ikurriña en homenaje a la contribución cultural vasca en una zona concreta de América.
La ikurriña es la bandera de la comunidad autónoma vasca. Rojo, verde y blanco resumen una identidad cultural, histórica y espiritual. Ha sobrevivido prohibiciones y finalmente se ha convertido en un símbolo compartido, aunque no siempre comprendido en profundidad ni por propios ni por ajenos. Más allá de debates políticos, la ikurriña es también un documento histórico en tela: resume un momento concreto de finales del XIX, una época de censura en el XX y una oficialidad lograda en periodo democrático. Que siga generando preguntas es, quizás, la prueba de que las banderas, como las sociedades, no son estáticas.
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