Israel

«Pie de página»: Amarga lectura

Dirección y guión: Joseph Cedar. Intérpretes: Shlomo Baer-Aba, Lior Ashkenazi, Alisa Rosen, Alma Zag. Israel, 2011. Duración: 105 minutos. Comedia dramática.

«Pie de página»: Amarga lectura
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Si la mosca que caía encima de las teclas de la máquina de escribir del espectacular arranque de «Brazil» hacía de un error tipográfico el origen de las desgracias del hombre en un sistema aplastado por la vigilancia burocrática, una llamada telefónica equivocada desata, en «Pie de página», la rivalidad entre un padre adusto y laborioso y su brillante hijo en el contexto de los estudios del Talmud. ¿Algo que ver? Ambas estallan a partir de un efecto mariposa que deriva en una cadena de desastres, que destruye ese «statu quo» tan resistente a que le alcen la voz, y ambas arropan sus ideas en una arquitectura formal neobarroca que abruma. En el caso del notable filme de Joseph Cedar, la estética corre el riesgo de imponerse al fondo, como si el cineasta israelí tuviera miedo de que la farragosa imagen corporativa del mundo académico pudiera disuadir el interés del espectador por su negra comedia de los errores. Y aquí se equivoca, porque la película es infinitamente más estimulante cuando aprovecha el potencial de algunas situaciones –esa impagable reunión de altos cargos de la cultura en una habitación minúscula, traduciendo la incomodidad de una imperdonable metedura de pata en un memorable encaje de sillas y miradas torvas– que cuando despliega todo su arsenal de estilos y trampantojos. Y es que la premisa se las trae: llaman del ministerio a Eliezer para informarle de que ha obtenido el premio Israel por su labor investigadora, pero pronto se deshace el entuerto, porque el galardonado es su hijo Uriel. ¿Quién le da la buena nueva? ¿Quién derrite sus ilusiones después de décadas de trabajo en las galeras académicas? ¿Qué hijo le va a pasar la mano por la cara a su padre en su propio terreno? «Pie de página» no sólo desmonta con ironía la seriedad de la cultura institucional y la hipocresía del mundillo universitario, sino que se mete a fondo en los rincones oscuros de una relación paterno-filial en la que se mezclan la mezquindad, la compasión y la decepción ética. La película, que se mueve entre la comedia de humillación y la sátira, acaba por dejar un poso de lo más amargo.