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Casado solo negociaría con el PSOE si rompe con Podemos

Niega la abstención. Asegura que no facilitará el gobierno del candidato del partido de los ERE, pero garantizará la gobernabilidad con pactos de Estado

El líder del PP, Pablo Casado, ofrece una rueda de prensa en Zagreb, donde asiste al Congreso del Partido Popular Europeo
El líder del PP, Pablo Casado, ofrece una rueda de prensa en Zagreb, donde asiste al Congreso del Partido Popular EuropeoDAVID MUDARRA/ PP20/11/2019David MudarraDAVID MUDARRA/ PP

La decisión de Pedro Sánchez de optar por la vía de la coalición con Pablo Iglesias ha dejado el futuro del Gobierno de España en manos de ERC. Diga lo que diga la propaganda de parte, ésta es a día de hoy la realidad. La coalición del PSOE con Podemos es incompatible con la opción del PP y de Ciudadanos, y el apoyo de ERC no está ni mucho menos hecho a día de hoy. Los republicanos venían contando en los últimos días que han trasladado a Pedro Sánchez el mensaje de que la investidura pasa sí o sí por su compromiso de abrir una negociación sobre Cataluña, con Pedralbes, la mesa de partidos y todo lo que hizo explotar la pasada Legislatura de nuevo como condiciones básicas. La consulta de ERC a la militancia sobre si apoyan el rechazo a la investidura de Sánchez si no hay esa negociación confirma lo que venían explicando fuera de los micrófonos. Aunque sólo sea por una condición tan simple como que en el clima preelectoral catalán no les suma el apoyo al Gobierno de Sánchez a cambio de nada, es fácil concluir que hay momentos en que las dificultades empiezan a verse insalvables y esto obliga a La Moncloa a tantear otras opciones, como los contactos con Cs. Que se extenderán al PP en los próximos días, según anuncian desde el Gobierno en funciones.

El hámster vuelve a hacernos dar vueltas a la rueda. Porque es verdad que a diferencia de abril hay un acuerdo de coalición con Podemos, cerrado, y que es posible que incluso Sánchez tuviera que intentar llevarlo a efecto hasta el extremo de acudir a una investidura fallida. Pero igual que ocurría después de las elecciones de abril, el camino de Podemos es inviable con la posibilidad de que haya una colaboración, aunque sea por pasiva, del centro derecha, del PP y de Cs. Es decir, vista la posición de ERC, y con un análisis pragmático de la realidad del contexto político, la puerta del líder de la oposición, Pablo Casado, podría abrirse, pero sólo y únicamente en el caso de que antes Sánchez rompiera con Iglesias. Fuentes de la dirección del PP confirman a este periódico, ante posibles futuros movimientos de Sánchez si no prospera la vía de ERC, que mientras esté en vigor el acuerdo con Iglesias no tienen nada que hablar. Casado le cogerá el teléfono y, por supuesto, como hizo tras las generales anteriores, irá a La Moncloa si le llaman, pero para sostener su posición ya conocida. Sólo podría moverse, y el PP tendría que estudiar con qué condiciones, si Sánchez rectificase el camino del acuerdo con Podemos. En el discurso público, desde Génova no va a haber ningún guiño a esta opción. No está en sus planes tomar la iniciativa de invitar formalmente a Sánchez a buscar su apoyo previa disolución del pacto con Podemos. Pero las circunstancias pueden llevar a esa coyuntura.

Al final esto vuelve a ser un juego de órdagos como si todas las partes no hubiesen tomado ninguna nota ni aprendido ninguna lección de la repetición electoral y de sus consecuencias. El PSOE no puede pretender hacer viable su acuerdo con Iglesias con la aquiescencia de la derecha, incluso prácticamente imposible para Ciudadanos pese a la debilidad con la que ha salido de las urnas. Y en la postura oficial del PP tampoco ven motivos para cambiar el discurso con Vox apretándoles por la derecha. Más después de que han optado por hacer oposición a Sánchez antes de ser investido hasta el extremo de hacerle responsable del caso de los ERE. Ahora mismo el ruido inhabilita que en los movimientos oficiales se flexibilicen posiciones.

Pero de la misma manera que en público siguen levantándose las trincheras, en los análisis internos sí entra la posibilidad de que Sánchez vea su pacto con Podemos sin apoyos para salir adelante en el Congreso. Él tendría que decidir si acude a una investidura fallida y si mantiene hasta el final su alianza con Iglesias, aunque le lleve de nuevo a unas elecciones. La derecha se frota las manos ante ese escenario porque cree que Sánchez no tiene apenas margen para romper con Iglesias, pero no ser investido también implicaría su «muerte» política.

Casado se mantendrá firme. En Zagreb (Croacia) donde el líder del PP asiste al Congreso del Partido Popular Europeo (PPE) insistió en que no se abstendrá en la investidura, pero facilitaría la gobernabilidad con pactos de Estado.

0 terceras elecciones o negociar

Ahora bien, si se dieran las circunstancias de que hubiera que elegir entre unas terceras elecciones y abrir una negociación con Sánchez, en Génova zanjan el debate. «Solo se puede hablar con el PSOE si rompen antes el pacto de coalición». Más que sobre el PP, la presión va a hacerse insoportable en los próximos días sobre Cs para que evite que el pacto Sánchez e Iglesias dependa de los independentistas. Pero la formación naranja tiene la ventaja de que ya lo ha perdido prácticamente todo. Ahora auparía a Sánchez a La Moncloa si sólo dependiera de sus escaños, o bien de la mano del PP. Pero hacerlo para que gobierne con Podemos es tanto como anticipar su funeral definitivo sin jugar la prórroga del partido. Así lo dicen en el entorno de Inés Arrimadas.