Rufián presiona a Sánchez: “Está derrotado y se le puede sentar en una mesa de diálogo”

El portavoz de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso, Gabriel Rufián, se acreditó ayer como diputado junto a sus doce compañeros de bancada. Y aprovechó su paso por la Cámara Baja para poner deberes a Pedro Sánchez. Consciente de la posición de fuerza de su grupo, ya que la investidura del candidato socialista depende en buena medida de la abstención de los republicanos, puso sobre la mesa tres exigencias: un calendario de negociación con el fin de resolver el «conflicto político» catalán, una mesa de diálogo entre partidos antes de la investidura y, después de ésta, otra entre los gobiernos, es decir, entre Moncloa y la Generalitat. De igual a igual. Si el PSOE no asume el compromiso de crear esta mesa de diálogo bilateral, los trece diputados de ERC votarán en contra de la investidura.

Se trata, en todo caso, de un escenario factible, según el análisis que hace la dirección de ERC en Madrid. Recordó Rufián que su partido ganó las elecciones generales en Cataluña. Esto, a su juicio, acerca al líder socialista a la necesidad de aceptar las condiciones de ERC, ya que Pedro Sánchez salió «derrotado» de las urnas en Cataluña el 10-N: «Cada vez que hemos visto a un Sánchez débil, se le puede llegar a sentar en la mesa de diálogo».

El esquema de diálogo esbozado por ERC consta de dos etapas, tal y como detallarán mañana al equipo negociador del PSOE, integrado por Adriana Lastra, José Luis Ábalos y Salvador Illa. Una fase de negociación previa a la investidura, que es la que deben protagonizar el PSOE y ERC, en la que medida en la que son los partidos ganadores en el conjunto de España y en Cataluña. Esta primera mesa serviría, según el diputado republicano, para enmarcar el diálogo sobre lo que denomina «el conflicto político inequívoco» de Cataluña. Como segunda parte, después de la investidura, debe abrirse una mesa de diálogo institucional entre los dos Gobiernos para buscar una solución. Pero si el PSOE no se compromete a este segundo proceso y no se fija un calendario para ello, no habrá investidura ni diálogo entre gobiernos. «Sí o sí» tiene que haber calendario, añadió. Preguntado por si la entrada de ERC en la Mesa del Congreso facilitaría llegar a un acuerdo, Rufián fue claro: «No mendigamos sillas. Estamos aquí para resolver los conflictos».

Quiso recordar que en julio ya alertó a Unidas Podemos de que «la oportunidad» era entonces, porque ahora la situación es más complicada tras la sentencia del Supremo. Lo que parece evidente es que ERC en este momento está en el «no» a Sánchez, debido a que el líder socialista se pasó la campaña «insultando y criminalizando» a la escuela pública catalana, a sus medios de comunicación públicos y a los más de dos millones de personas «que votaron de forma heroica el 1 de octubre». «Porque se dé un abrazo con Pablo Iglesias o con el Papa de Roma no deja de ser quien era», precisó. Sin querer dar más detalles de las conversaciones con el PSOE, Rufián apostó ahora por rebajar «el ruido» y hacer menos «declaraciones y contradeclaraciones» y «más despacho».