Retrato de una familia real

Ese aspecto de niño tímido, con sus sempiternas mejillas coloradas, ha cautivado siempre a los británicos y aunque su intachable imagen, sostenida en la prudencia y la discreción, se ha visto muy favorecida por su hermano Enrique ejerciendo de díscolo contrapunto, lo cierto es que pocos dudan de que el príncipe Guillermo se ha ganado a pulso ser el «royal» predilecto para los ingleses. Ahora, convertido en un feliz y emocionado padre primerizo, ha concedido su primera entrevista tras el nacimiento de su hijo Jorge el pasado 22 de julio. Aunque el material íntegro de la grabación no se podrá ver hasta el 15 de septiembre, la cadena emitió ayer un avance de la conversación entre el duque de Cambridge y el periodista de la CNN Max Foster en los jardines de Kensington Palace, donde el heredero a la corona británica se esforzó en demostrar que es un padre corriente, con los mismos temores y vigilias que los demás. «En realidad estoy deseando empezar a trabajar para dormir un poco. Así que simplemente estoy deseando que en los primeros turnos cuando vuelva a casa no tenga trabajo nocturno», bromeaba Guillermo durante la entrevista. De momento, el niño, que ocupa la tercera posición en la sucesión al trono birtánico, ya está dando muestras de tener un genuino carácter. «Se menea bastante y no quiere dormir mucho, lo cual es un problema», aseguraba el orgulloso padre, quien acabó confesando que Jorge es «un poco bribón». «Me recuerda a mi hermano o a mí cuando era más joven, no estoy seguro», comentaba Guillermo, antes de aclarar que el pequeño «por ahora está muy bien».

A pesar de los desvelos y los cambios de pañales –las tareas como padre que peor lleva–, el duque de Cambridge quiso aclarar que el nacimiento de su hijo ha supuesto un antes y un después en su vida. «Las últimas semanas han sido para mí una experiencia emocional diferente y creía que nunca sentiría eso. Ha pasado poco tiempo, pero muchas cosas me afectan de manera diferente ahora», confesó. A unos días de que el pequeño celebre su primer mes de vida, su presencia ha revolucionado la rutina del palacio y ha dado un giro a la vida del joven matrimonio. Por eso ha querido tener un reconocimiento especial hacia su esposa, Kate Middleton, y ha admitido que ella se despierta más veces de noche para atender al príncipe Jorge. «Está haciendo un trabajo fantástico», aseguró Guillermo durante la entrevista. Aunque los grandes eventos públicos no son los escenarios donde se siente más cómodo, Guillermo comentó durante la entrevista que la presentación del «royal baby» el pasado 23 de julio –día en el que comentó ante la Prensa aquello de que su retoño «se parece a la madre, afortunadamente»– fue un gran acontecimiento para él y su familia. «Como cualquier padre de un recién nacido sabe, estás tan contento de mostrar a tu hijo y proclamar que es el más guapo o el mejor en todo. Es bonito que la gente quisiese ver a Jorge. ¡Y me alegra que no estuviese gritando!», bromeó. A pesar de que los duques de Cambridge quieren preservar a su hijo de la sobreexposición mediática, aseguran sentirse muy felices con la expectación y el cariño que se ha generado alrededor del miembro más joven de la familia real británica, al que, según ha avanzado Guillermo, intentará inculcar la pasión familiar por África. «Voy a poner elefantes y rinocerontes de juguete en la habitación», confiesa un feliz Guillermo. «Mis prioridades ahora son Catalina y el pequeño Jorge... y Lupo», quiso añadir para no olvidarse de su perro –un Cocker Spaniel–, al que adora y que también apareció en el posado oficial de la familia que ayer difundió la casa real británica y que realizó el padre de Kate.

Más querido que su madre

La publicación del fragmento de la entrevista y del retrato familiar ha resultado ser un pequeño bálsamo de optimismo y ternura en medio de la vorágine mediática en torno al fallecimiento de a Lady Di. Mientras los fantasmas del asesinato rondan otra vez aquel trágico 31 de agosto de 1997 en el que Diana perdió la vida, Guillermo ha ejercido de feliz contraste frente a la escabrosa actualidad. De hecho, las encuestas sitúan al primogénito del Príncipe Carlos como el miembro de la familia real más apreciado a una considerable distancia de los demás «royals». En un estudio del año pasado realizado por la consultora Ipsos MORI, el duque de Cambridge fue elegiado como el más querido por un 62% de los encuestados, muy por encima del 48% que puntuó su abuela, la reina Isabel II, del 36% de su hermano Enrique o del 23 y el 21% que obtuvieron su esposa y su padre, respectivamente. Guillermo se ha situado incluso con un índice de popularidad mayor del que llegó a alcanzar su madre (quien rondaba el 47% en sus mejores momentos). A juzgar por la emoción con la que se ha seguido el nacimiento del pequeño heredero, su popularidad no hará más que crecer. Puede que algún día incluso consiga que su nombre sustituya a la monarca en aquella conocida proclama de «Dios salve a la reina».