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Rajoy apunta que el dato del paro confirma la mejoría económica
Otro signo de que en este nuevo curso político hay cosas que están cambiando es que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, empieza a atreverse a blandir los datos de desempleo como una prueba más de que la recuperación económica está en marcha. El fin de la recesión y los signos de que la crisis ha llegado a su fin constituyen el mantra con el que el Ejecutivo arranca el nuevo curso político, después de casi dos años en los que el mensaje ha girado obstinadamente sobre la exigencia de más sacrificios y sobre la advertencia de que España se enfrentaba a una situación de emergencia nacional.
Y en este nuevo escenario, muy distinto del que había hace un año por estas fechas, el Gobierno empieza a incluir en su lista de pruebas de la salida de la crisis los «cambios» que se están produciendo en el mercado laboral. Otoño será decisivo para comprobar el peso del factor estacional en la reducción de la cifra de desempleados, pero, por de pronto, Rajoy ya anticipó ayer a su Comité Ejecutivo, en una reunión a puerta cerrada, que los datos de empleo correspondientes al pasado mes son los mejores de un mes de agosto desde el año 2000 (hoy se conocerán). Y que los correspondientes a los ocho primeros meses de este ejercicio son los mejores del mismo periodo desde 1999. A esta bandera se abrazó precisamente la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en una comparecencia informativa monopolizada por las preguntas sobre el «caso Bárcenas», y en la que oficialmente los populares intentaron colocar el acento en la economía. Ésa fue la instrucción que les dejó el presidente del Gobierno: no distraerse del objetivo de trabajar para consolidar la recuperación económica y la salida de la crisis.
Rajoy ratificó ante su partido el optimismo con el que el Gobierno afronta el fin de año y su confianza en que «muy pronto» se saldrá de la recesión y habrá crecimiento positivo. Lo había dicho ya el sábado pasado en Galicia, pero entonces se dirigía a los españoles, y ayer lo hacía de puertas adentro y con el objetivo de reforzar la cohesión ante las grietas abiertas por la gestión del problema que representa el ex tesorero nacional del PP, quien sigue acumulando noches en la cárcel de Soto del Real.
Rajoy ratificó a los suyos que si se cumplen las previsiones del Gobierno, el año que viene tendrá un comportamiento mejor que el presente en términos de desempleo. Que España está sentando las bases para aumentar su competitividad y que todos los avances que se están produciendo son consecuencia de las políticas y de las decisiones adoptadas por el Ejecutivo. Además de deberse al «enorme esfuerzo» del resto de administraciones públicas y de los españoles.
«Es muy difícil encontrar en nuestra historia reciente una actividad reformista tan ingente, tan importante y tan valiente como la que ha llevado el Gobierno del PP», proclamó en rueda de prensa la secretaria general de los populares y presidenta de Castilla-La Mancha.
En otro orden de cosas, en su primer discurso ante su partido después de las vacaciones de verano, Rajoy se refirió también a otras cuestiones que marcan la agenda política inmediata. Entre ellas, Cataluña. En relación a este asunto, dentro del tono moderado que preside en todo momento sus alusiones y sus decisiones al respecto, ayer ratificó ante su cúpula que contestará a la carta soberanista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, pero para insistirle en que el Gobierno no se apartará de la defensa de la Constitución.
Intereses de España
También citó el caso de Gibraltar para insistir ante el Comité Ejecutivo del PP en que su Gobierno seguirá defendiendo los intereses de España y no aceptará ningún acuerdo o negociación «con carácter tripartito», como hizo el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Hoy comparecerá en el Congreso el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para fijar posición ante el conflicto con las autoridades del Peñón.
En materia internacional era inevitable una referencia a Siria. Rajoy explicó que el Gobierno está promoviendo un acuerdo en el seno de Naciones Unidas que no deje sin respuesta el uso de armas químicas por parte del régimen sirio. Moncloa sigue atenta a la evolución de los acontecimientos, a la espera, antes de tener que asumir costes por dar pasos de manera autónoma.
Por cierto, en el Comité Ejecutivo no hubo debate interno en ninguna de estas cuestiones tras las intervenciones oficiales fijadas en el orden del día. El turno de palabra quedó vacío de contenido.
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