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Otra misa de fin de año en el Vaticano diferente

Esta vez el Papa Francisco pronunció solamente la homilía

Papa Franciso, Vísperas y Te Deum
Papa Franciso, Vísperas y Te DeumAlicia Romay
El Papa Francisco, durante la celebración de una misa
El Papa Francisco, durante la celebración de una misaAlicia Romay

Un cambio de última hora, hizo que minutos antes de empezar la celebración de fin de año en la Basílica de San Pedro, se re colocara el sitio en donde el Papa Francisco iba a presidir la misa. Los motivos aún se desconocen. La ceremonia fue presidida por el cardenal Re, decano del Colegio Cardenalicio. El Papa siguió toda la celebración sentado en un sillón blanco colocado delante del espacio reservado a los cardenales.

Víspera en la Basílica de San Pedro celebrada por el cardenal Re
Víspera en la Basílica de San Pedro celebrada por el cardenal ReAlicia RomayAlicia Romay

La homilía estuvo plagada de mensajes, relativos a la actitud en la pandemia " en esta época de pandemia, la tentación del ‘sálvese quien pueda’” y que vuelva de nuevo el sentido de la responsabilidad.

FRENESÍ CONSUMISTA

Refiriéndose a las celebraciones de estas fiestas navideñas, subrayó que no se queden en la “emociones superficiales, ligadas a lo superficialidad de las fiestas peor aún, al “frenesí consumista”.

En otro momento de la homilía destacó, que en este tiempo de pandemia, se ha incrementado en todo el mundo: “La sensación de pérdida, y que después de la reacción de la primera fase, cuando nos hemos sentido que estábamos todos en la misma barca, se ha difundido la tentación de “sálvese quien pueda” pero “Gracias a Dios hemos reaccionado nuevamente con sentido de la responsabilidad” concluyó.

En Roma todos se sienten en casa

Dedicó buena parte de la homilía a la ciudad de Roma: “La ciudad eterna lleva escrita en su corazón, que todos nos sentimos hermanos, porque esta ciudad mantiene dentro de sí misma, una apertura universal. Le viene de su historia y de su cultura...”

Roma es una ciudad maravillosa, que nunca termina de encantar, pero para el que vive aquí, es también una ciudad pesada, lamentablemente no siempre digna para sus ciudadanos y para sus visitantes...”

El Papa Francisco el año pasado no estuvo presente en la misa de fin de año por motivos de una fuerte ciática. Hoy ha estado presente con una Basílica y una plaza de San Pedro llena de fieles. En su homilía, el Papa ha instado a que el sentimiento que predomine en Navidad sea el asombro, pero descartando “una emoción superficial, ligada a la exterioridad de la fiesta, o peor aún, a un frenesí consumista”. Ha enviado una invitación a la Ciudad Eterna: “Que Roma destaque cada vez más por su cuidado en la acogida de los más frágiles y vulnerables”.

Así, ha dicho que la esperanza es que todos, los que viven allí y los que se quedan por trabajo, peregrinación o turismo, puedan apreciarla cada vez más por su cuidado en la acogida de los más frágiles y vulnerables, la dignidad de la vida, la casa común.

“Que todo el mundo se sorprenda al descubrir en esta ciudad una belleza que yo diría que es consistente y que inspira gratitud” destacó.