Iglesia Católica

Comité de crisis por la falta de curas

«Padecemos una penuria seria de vocaciones», alertan los obispos españoles, al tiempo que reconocen el distanciamiento de los «millennials» de la vida religiosa.

Los cardenales Ricardo Blázquez, Antonio Cañizares, Juan José Omella, Carlos Osoro, y el nuncio apostólico Renzo Fratini, ayer, en la inauguración de la Asamblea Plenaria
Los cardenales Ricardo Blázquez, Antonio Cañizares, Juan José Omella, Carlos Osoro, y el nuncio apostólico Renzo Fratini, ayer, en la inauguración de la Asamblea Plenarialarazon

«Padecemos una penuria seria de vocaciones», alertan los obispos españoles, al tiempo que reconocen el distanciamiento de los «millennials» de la vida religiosa.

os obispos españoles celebran, desde ayer y hasta el viernes, su CXI Asamblea Plenaria para tratar dos asuntos muy preocupantes para el futuro de la Iglesia en España: el distanciamiento de los jóvenes de la vida religiosa y la falta de vocaciones para el sacerdocio. Dos cuestiones que tienen como telón de fondo el envejecimiento de la institución religiosa y la falta de recambio generacional para un clero que roza, y en muchos casos supera, la edad de jubilación. El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, lo dijo sin paños calientes: «Desde hace tiempo venimos padeciendo una penuria seria de vocaciones para el ministerio sacerdotal». «Debemos decirlo con claridad», apostilló. Para paliar esta «crisis», urgió a la colaboración entre las diócesis, pero advirtió de que no se puede «caer en la tentación de buscar soluciones arriesgadas o atajos improvisados».

La Iglesia española deberá afanarse para atraer a los jóvenes de nuevo a sus filas, pues de ellos depende el futuro de la institución en todos sus ámbitos. En el Sínodo de los Obispos del próximo octubre, dedicado a los jóvenes y el discernimiento vocacional, se tratarán de buscar soluciones al éxodo «millennial». En nuestro país, el 55% de los jóvenes entre 16 y 29 años no confiesa ninguna religión, el 60% no asiste a oficios religiosos fuera de las ocasiones especiales y el 64% afirma que no reza nunca, según el último informe de la Universidad St. Mary de Londres, publicado en marzo.

«¿Por qué muchos se distancian y se colocan al margen?, ¿es para ellos la Iglesia irrelevante?, ¿nos acercamos los adultos a ellos sin reprensiones?», preguntó Blázquez a los purpurados. La Asamblea Sinodal convocada por el Papa Francisco, prosiguió, «es una oportunidad preciosa para plantearnos esta divergencia que nos hace sufrir». Pero no quiso echar balones fuera y no dudó en entonar el «mea culpa»: «Los jóvenes dicen con frecuencia que no se les escucha; quizá ni siquiera son preguntados en un clima de mutuo respeto; intentamos evangelizar sin tener en cuenta a quien nos dirigimos».

Por ello, el presidente de la CEE animó a todos los jóvenes a «que hablen» y al resto de la comunidad católica a «escucharlos». Incluso a los que están alejados de la Iglesia y también a los que son contrarios a ella, porque lo que se pretende es «crear una Iglesia intelectualmente habitable y socialmente solidaria».