Abusos a menores
Cumbre antiabusos, un «punto de no retorno» para Francisco
Están invitados mañana 114 presidentes de conferencias episcopales de la curia romana y de congregaciones religiosas. El acto se inaugurará con un vídeo testimonial de varias víctimas.
Están invitados mañana 114 presidentes de conferencias episcopales de la curia romana y de congregaciones religiosas. El acto se inaugurará con un vídeo testimonial de varias víctimas.
Circula estos días por el Vaticano una expectación de viento cambiante. Pidió el Papa hace unos días que se rebajaran los ánimos ante el gran interés que ha suscitado la cumbre sobre abusos en la Iglesia que comienza el próximo jueves, pero al mismo tiempo este domingo pidió una oración por el encuentro, al igual que acostumbra a solicitar que recen por él. Un buen número de periodistas consideran que Francisco se juega el pontificado en este asunto y la atención mediática se inclinó por alumbrar aún más la escena. La espaciosa sala de prensa del Vaticano se quedó pequeña para la conferencia de presentación de esta cita, en la que los miembros del comité organizador no pecaron ayer de prudencia. El cardenal estadounidense Blase J. Cupich aseguró que esta ocasión debe significar «un punto de no retorno» y auguró «una nueva etapa de transparencia» en la Iglesia.
Otro de los organizadores, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, recalcó que «no se puede solucionar todo en tres días, pero sí se pueden sentar las bases y unas buenas prácticas, de modo que los representantes del clero sepan claramente cuáles serán los pasos que se tomarán», en caso de un delito de pederastia. Para reforzar la importancia del acontecimiento añadió que «tenemos que alejarnos de la cultura del silencio y despreciar la complicidad porque la ''omertá'' no es aceptable». No se espera un documento final al término de la cumbre, aunque según Scicluna lo más importante será imponer una nueva conducta en los episcopados y realizar un seguimiento para comprobar que se cumple con lo propuesto. La cita comenzará con una reunión previa entre los cuatro expertos en pederastia a los que el Papa ha conferido la organización del evento y una docena de víctimas, entre las que está el español Miguel Hurtado, quien denunció por abusos al monje de Montserrat Andreu Soler. El resto de víctimas, de las que sólo se ha conocido la identidad de algunas, no se verán con el Papa. Se trata más de un primer gesto, ya que Bergoglio pidió que los propios presidentes de las conferencias episcopales tuvieran encuentros previos con ellas antes de acudir a Roma. Además, volverán a cobrar protagonismo en la jornada inaugural, ya que el acto comenzará con un vídeo en el que varias personas relatan cómo sufrieron abusos por parte de religiosos. A continuación comenzarán tres jornadas de reflexiones organizadas en tres grandes cuestiones: responsabilidad, rendición de cuentas y transparencia. En cada una de ellas habrá tres ponencias diarias, sobre las que los participantes debatirán en grupos de trabajo, divididos por idiomas. Se prevé que Jorge Mario Bergoglio esté presente en todas y cada una de las sesiones, que se celebrarán en el Aula Nueva del Sínodo y en la Sala Regia del Palacio Apostólico.
A esta cumbre histórica e inédita en la Iglesia Católica están invitadas 190 personas: 114 presidentes de conferencias episcopales de todo el mundo, representantes de la Curia romana, diez representantes de las congregaciones masculinas y diez de las femeninas. Por último, el domingo todos los participantes celebrarán una misa, seguida de un discurso del Papa que cerrará el acto.
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