Cisma en Burgos

El desahucio de las ex monjas de Belorado ya está en los tribunales

El arzobispo de Burgos interpuso ayer la demanda para expulsar a las clarisas cismáticas del convento

La paciencia se ha agotado. Y los intentos de mediar para que las monjas díscolas retornaran a la Iglesia católica, también. Esta tarde el arzobispo de Burgos y comisario pontificio del «caso Belorado», Mario Iceta, ha presentado ante el juzgado de Briviesca la demanda de desahucio contra las religiosas excomulgadas que el pasado mes de mayo decidieron separarse de la Iglesia católica.

A través de un comunicado, el Arzobispado de Burgos detalla que «después de un período prudencial de espera, comprobado que no ha habido ningún intento de reconsideración por parte de las exreligiosas, los servicios jurídicos» han optado por llevar a los tribunales su salida del convento. Esto es, en términos coloquiales, el equipo de Iceta consideraría por tanto «okupas» a estas ex consagradas que rechazan las reformas del Concilio Vaticano II y a todos los papas posteriores a Pío XII, convirtiéndose así en lo que se conoce como sedevacantistas.

Sin título legal

En la nota del Arzobispado se recuerda que el cisma liderado por la priora defenestrada, sor Isabel de la Trinidad, provocó que tanto ella como sus seguidoras carezcan de «título legal para habitar los inmuebles pertenecientes a los monasterios que ocupaban». Hasta hace unas semanas, la abadesa contaba con el respaldo de nueve compañeras más. Sin embargo, la vicaria de la comunidad, sor Paz, abandonó el monasterio, tal y como pudo confirmar LA RAZÓN, por desavenencias con la lideresa del grupo.

A este revés se suma también la negativa del Estado a reconocer las asociaciones civiles, que querían incluir en el registro oficial de este tipo de entidades con el fin de intentar demostrar la titularidad de los inmuebles. El propio Arzobispado de Burgos recoge en su nota que el Ministerio del Interior denegó el reconocimiento de «las asociaciones que las exreligiosas habían creado con las que pretendían transformar las entidades jurídicas canónicas de los monasterios en asociaciones civiles, algo que es jurídicamente inviable».

Junto a las nueve inquilinas díscolas que la Iglesia católica considera como ilegales, se encuentran otras cinco religiosas de avanzada edad que nunca fueron excomulgadas por Roma, en tanto que nunca han manifestado su rechazo al catolicismo.

De ellas se acuerda también el Arzobispado de Burgos en su comunicado. Es más, manifiesta su preocupación por «el estado de salud y el cuidado de las cinco hermanas mayores, que conforman la comunidad monástica». Y es que, hasta la fecha, todo intento de mediación con la priora cismática ha sido en vano. No solo para que clarisas de otros conventos cuiden de estas monjas mayores, sino también para facilitar cualquier tipo de información financiera que permitiera establecer un sistema de sostenibilidad del monasterio con la transparencia que exige la comisión gestora creada por el arzobispo Iceta.

En cualquier caso, desde el Arzobispado se recalca que «la Iglesia vuelve a manifestar su disposición a ayudar en el camino de retorno a la comunión eclesial, donde serían acogidas con delicadeza y misericordia, a imagen de la parábola del hijo pródigo».

Mientras tanto, sor Isabel de la Trinidad y su grupo siguen ignorando la autoridad del arzobispo de Burgos. Tras expulsar al falso obispo jienense Pablo de Rojas y al cura coctelero, José Ceacero, en verano «ficharon» como nuevo mentor espiritual al también falso obispo brasileño Rodrigo Ribeiro da Silva.

Este líder sedevacantista permaneció unas semanas con las ex monjas, pero ya ha regresado a su país. Sin embargo, él mismo está tutelando que las clarisas cismáticas estén atendidas por un capellán que esté acorde con los postulados tridentinos que ahora defienden. De hecho, desde hace unos días presta este servicio espiritual Sergio Casas Silva, que se presenta como sacerdote, profesor y periodista argentino. Tal y como desveló este diario, es juez de boxeo y campeón nacional en preparador de mate, la bebida nacional del país del Papa Francisco.