El efecto Francisco
El efecto Francisco. El efecto Cristo
Cuando acaban de cumplirse los dos primeros meses de la elección del cardenal Bergoglio como sucesor de Pedro, algunos rasgos de su ministerio están teniendo consecuencias positivas para la misión de la Iglesia Católica. En algunos medios se está hablando ya del efecto Francisco.
Ciertamente, el tiempo transcurrido desde aquella tarde del 13 de marzo, no es suficiente para evaluar decisiones, pero sí permite entrever algunos rasgos de un modo de ejercer el ministerio papal realmente novedoso. Se puede señalar una revolución comunicativa del Papa que ha encontrado un camino nuevo para llegar a los creyentes de todo el mundo y que ha suscitado también el interés y la simpatía de los no creyentes. Los elementos de este camino son una predicación sencilla, un gesto poco ostentoso y una complicidad instantánea con el oyente, cuajada de sonrisas, miradas y gestos. Las imágenes que utiliza en su predicación diaria en la residencia Santa Marta, difundidas por Radio Vaticano y L'Oservatore Romano, llegan rápidamente al corazón de las personas con una enseñanza inequívoca. Son fáciles de entender y difíciles de olvidar.
El pasado mes de abril Massimo Introvigne presentaba las conclusiones de un estudio sobre los efectos del pontificado del Papa Francisco. En él se afirma que más de la mitad de los religiosos y sacerdotes italianos constatan un incremento notable, superior al 25%, de personas que se están acercando de nuevo a la Iglesia o se confiesan. En España, el papa Francisco se sitúa entre los autores más vendidos y más conocidos. Se puede pensar que al conocimiento del Papa seguirá el afecto por la Iglesia, y de ambos brotará el deseo de una vida más cercana a Dios y más servicial con los hombres.
En cualquier caso, lo que está ocurriendo con el papa Francisco no es una novedad radical. La Iglesia ha sido reformada y renovada continuamente por la vida y el testimonio de tantos santos y tiene su origen en Jesucristo. Él realizó un anuncio nuevo de un modo nuevo. Sus palabras, sus gestos, sus enseñanzas, sus imágenes atraviesan la historia de la Iglesia y llegan hasta nuestros días. También él suscitó una corriente de simpatía, afecto y amor que ha llevado a multitud de personas a entregarle su vida. El efecto Francisco tiene su precedente y su fundamente en el efecto Cristo: La Verdad encarnada y accesible para la salvación de los hombres.
José Gabriel Vera
Director del Secretariado de Medios de Comunicación Social
Conferencia Episcopal Española
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