Iglesia Católica

«El encuentro entre la Virgen y el ángel no saldría en las revistas»

El Papa subraya el valor del silencio ante la Inmaculada Concepción

Benedicto XVI, ayer, en su recorrido hacia la Plaza de España en Roma
Benedicto XVI, ayer, en su recorrido hacia la Plaza de España en Romalarazon

Como cada ocho de diciembre, el Papa salió del Vaticano y cruzó las calles del centro de Roma hasta llegar a la Plaza de España para venerar a la Virgen de la Inmaculada Concepción. Benedicto XVI dio un consejo a las alrededor de veinte mil personas congregadas, quienes tras vitorearle y escucharle se desparramaron por las calles de la zona para hacer sus compras navideñas. Les dijo que las cosas «verdaderamenta grandes» a menudo «pasan inobservadas» y que en lugar de dejarse llevar por la «frénética agitación» de nuestras ciudades, intenten buscar «el tranquilo silencio», del que se pueden obtener «más frutos».

En su reflexión sobre el silencio, recordó el que se dio cuando Dios se hizo hombre durante el encuentro entre el ángel Gabriel y la Virgen María. «Es un encuentro del que nadie sabe ni habla. Es un acontecimiento que si tuviera lugar en nuestros tiempos, no dejaría traza en los diarios o las revistas, porque es un misterio que sucede en el silencio», afirmó.

Para poder escuchar la voz de Dios hay que estar el silencio, ya que es entones cuando el Señor «nos hace escuchar su discreta voz».

Aunque algunos digan que el cristianismo es un «obstáculo para la alegría y una conjunción de prohibiciones y reglas», es esencialmente el Evangelio, una «noticia alegre», el anuncio de «la victoria de la Gracia sobre el pecado, de la vida sobre la muerte». La Virgen, dijo el Pontífice, «nos habla de alegría, de alegría verdadera que mana de un corazón libre de pecado». El hombre debe recoger esta invitación y aprender a combatir la «raíz venenosa del egoísmo» presente en él, diciendo «sí» a la «voz del amor auténtico». En la plaza de España el Papa saludó al embajador de nuestro país ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga.

Durante el rezo del Ángelus al mediodía, el Pontífice manifestó su «cercanía» con Filipinas, golpeada por un huracán, y dijo que reza por las víctimas, sus familias y los desplazados.