Iglesia Católica

El legado espiritual de Kiko Argüello

El iniciador del Camino Neocatecumenal reúne sus vivencias en «Anotaciones 1988-2014», que ya va por su tercera edición

Kiko Argüello durante la presentación de su libro «Anotaciones 1988-2014», editado por la BAC
Kiko Argüello durante la presentación de su libro «Anotaciones 1988-2014», editado por la BAClarazon

El iniciador del Camino Neocatecumenal reúne sus vivencias en «Anotaciones 1988-2014», que ya va por su tercera edición

Aunque con «mucha vergüenza», Kiko Argüello, iniciador y responsable en todo el mundo del Camino Neocatecumenal, ha considerado oportuno «desnudar» su alma y publicar algo parecido a su testamento espiritual con «Anotaciones 1988-2014», editado por la BAC. En él muestra sin anestesia su alma a través de apuntes que ha recogido a lo largo de su vida, intrínsecamente ligada a la del Camino y, por tanto, a la Iglesia. Son gritos, sufrimientos, lamentos por momentos de soledad y dificultades encontradas a lo largo de su existencia, pero también alabanzas, acciones de gracias y certezas llenas del Espíritu Santo dispuestas en 506 puntos.

«Lo publico por amor a mis catecúmenos», explica. Y aunque asegura que no lo hubiese publicado si no es por la insistencia de sus más allegados, cree que el libro puede ayudar a muchas personas. «Un sacerdote anciano me dijo una vez ‘‘nunca dejes de hacer el bien por miedo a la vanidad, porque eso viene del demonio’’ y por eso, aunque me puedan achacar o decir que me hago el santo, si mis sufrimientos pueden servir a algún hermano, pues bendito sea el Señor», cuenta a La Razón.

Pero existe además otra poderosa razón para la publicación de la obra y tiene que ver con la muerte el pasado julio de su compañera de fatigas durante más de 50 años, Carmen Hernández, iniciadora del Camino junto con él, a quien dedica también algunas «anotaciones». «Lo he hecho también en homenaje a Carmen» y «sobre todo como regalo antes de morirme, porque ya me queda poco, así que esto es una especie de testamento». Kiko reconoce que no pretende «convertir a nadie», pero «quizás si alguien que dice no creer en Dios lee esto, puede decir ‘‘este tío parece sincero, esto no es ningún cuento chino’’ y quizás repiense su postura». En definitiva, que piense «¿y si me estoy equivocando?».

«Anotaciones» ya se ha convertido en todo un éxito de ventas. Apenas recién salido al mercado, ya va por su tercera edición. Y parece imparable. Sin embargo, al iniciador del Camino no le importan estas cifras, sino que de verdad «haga bien», como vuelve a repetirnos. «La fidelidad de Dios ha sido siempre incondicional hacia mí», a pesar de que «como se podrá comprobar, soy inadecuado, indigno, inútil, infiel», asegura.

Allá por los años 60, este artista y evangelizador incansable decidió dejar su exitosa carrera como pintor para vivir entre los pobres de las barracas de Palomeras Altas en Madrid, donde comenzó a gestarse el Camino. Han pasado muchos años y esta iniciación cristiana de adultos –como la define la Iglesia– se ha convertido en una de las realidades más vivas y entusiastas de la Iglesia actual. No en vano ha recibido el apoyo de los últimos Papas, con quienes el mismo Kiko se muestra agradecido en el libro. Aunque no todo ha sido un camino de rosas. «Ha habido momentos muy duros y difíciles, en los que de pronto Dios desaparece del horizonte, lo que se llama la noche del sentido. No tiene ningún sentido la fe, no sientes la proximidad de Dios, parece que te ha abandonado y es duro continuar, pero el Señor ha estado siempre conmigo».

Uno de estos momentos lo vive con la pérdida de Carmen. «Está siendo duro porque ella ha sido providencial en mi vida y muy importante, sobre todo para que no sea vanidoso y no haga del Camino algo mío». «En ella la virtud era en grado heroico, nunca pensó en sí misma. En su diario pone en todas partes ‘‘Jesús mío, Jesús mío, no puedo más, ayúdame’’».

Kiko, que en unos meses cumplirá 78 años, confiesa que no le da miedo el futuro del Camino una vez él ya no esté: «No me agobia porque lo mismo que ahora todo es un milagro que la gente venga y se convierta porque es Dios quien les abre le oído, después será lo mismo».

«Anotaciones 1988-2014»

Kiko Argüello

Biblioteca de Autores Cristianos

273 páginas,

20 euros