Religion
El Papa denuncia la persecución de los cristianos y la aparición de nuevos Herodes
Al fin de cada año los poderosos del mundo pronuncian sus mensajes y el Papa de Roma también lo hace en este caso urbi et orbi en una Plaza de San Pedro a rebosar arremolinados alrededor de un Belén de la Arena de Verona inspirada en el Elixir de Amor de Donizetti y un majestuoso abeto de Calabria. La pompa está servida con representación de los ejércitos de Italia y de la vistosa Guardia Suiza. No falta tampoco el vibrante Fratelli d'Italia y el himno de Gounoud del Vaticano. El mismo ritual de todos los años pero no el mismo Papa, que ya en la víspera celebró una multitudinaria misa del Gallo que traspasó la Basílica y tuvieron que habilitarse en la Plaza. Expectación al máximo con 60 televisiones presentes. Su Santidad este singular Papa monolingüe que habla solo en italiano a diferencia de Juan Pablo II y Benedicto XVI que manejaban hasta seis idiomas en sus mensajes a las multitudes de fieles, ya que no hay que olvidar que más de la mitad no son italianos. El Papa Bergoglio se toma muy en serio su papel de obispo de Roma y emplea únicamente la bella y sonora lengua de Dante Alighieri y empieza su breve mensaje con su característico ritmo monocorde Buon Natale y prosigue con el relato evangélico de la Navidad como un buen párroco rioplatense pero repentinamente surge el Papa Francisco con su enumeración de la persecución de los cristianos con su Jesús salvífico al que pide en una letanía dolorosa por quienes en Irak y en Siria y en otros países sufren una persecución brutal y también denunció la situación de los refugiados y sus precarias existencias. Alentó en Medio Oriente a quienes fomentan el diálogo entre israelíes y palestinos y a quienes apoyan la convivencia en la situación actual de Ucrania. Su cadena de lamentos y condenas se extendieron a Nigeria con sus atrocidades contra los inocentes y al derramamiento de sangre en el Congo, en Libia y en Sudan del Sur con su tráfico de personas y de niños soldados. En esta Navidad que calificó de lágrimas no pueden dejar de mencionarse a Pakistán con sus aulas ensangrentadas y a las víctimas del ebola en África. Esta Navidad de lágrimas se centra también especialmente para el Pontífice ante la imagen de la infancia masacrada que contrasta con el silencio cómplice de quienes cierran los ojos ante estos niños masacrados y ante la aparición de la sombra tenebrosa de los nuevos Herodes alusión clara al califato islámico y finalizó este sombrío mensaje de estas Navidades dolorosas con un texto bíblico que conmina a convertir las lanzas en arados y abrir un horizonte de paz. De nuevo el Papa Bergoglio tras su bendición apostólica no saludó a los fieles en ningún idioma ni resaltó la presencia de diversas peregrinaciones de romeros venidos a la Ciudad Eterna a congregarse con su pastor universal. Papa Francisco no necesita la palabra. Las divinas palabras de Valle Inclán son su invisible mensaje, le basta con su carisma de Papa revolucionario de apóstol de los pobres, de los descamisados de la tierra y del cielo.
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