Ciudad del Vaticano

El Papa nombra obispo al español Vérgez Alzaga, de Los Legionarios de Cristo

El Papa Francisco durante la ordenación del español Fernando Vérgez Alzaga
El Papa Francisco durante la ordenación del español Fernando Vérgez Alzagalarazon

El español Fernando Vérgez Alzaga, miembro de los Legionarios de Cristo, ya es obispo. Nombrado a finales de agosto secretario general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, el Papa Francisco presidió ayer la ceremonia de su ordenación episcopal. «En modo especial se te confía el cuidado espiritual de los empleados del Vaticano, pero sé siempre un padre y un hermano con gran ternura. Sigue siempre el ejemplo del Buen Pastor», le pidió el Pontífice en su homilía durante la misa celebrada en la basílica de San Pedro en la que fue ordenado.

Vérgez Alzaga es uno de los españoles más influyentes dentro de la Curia romana, pues como secretario de la Gobernación es el «número dos» del organismo que se encarga de gestionar las propiedades del Estado vaticano y los alrededor de 4.000 empleados que trabajan en él. Los otros españoles en puestos importantes son dos cardenales: Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y Santos Abril y Castelló, arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor. Otro de nuestros connacionales con gran influencia en la Curia romana es el jesuita Luis Ladaria, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

De Vérgez Alzaga, Francisco recordó su relación con dos purpurados argentinos, Francisco Pironio y Antonio Quarracino. Del primero fue su secretario personal. «Pienso en el gran servicio de ternura y caridad que prestaste al cardenal Pironio. Estoy seguro de que él está entre nosotros en este momento, disfrutando. En nombre de la Iglesia te doy las gracias una vez más por tu servicio humilde y silencioso, un servicio de hijo y de hermano».

Aunque tuvo que anular el resto de actividades previstas para el día por culpa de un resfriado, Francisco quiso estar presente en la eucaristía, donde hizo un encargo directo a Vérgez: «Anuncia la Palabra en cada ocasión oportuna y no oportuna. Advierte, corrige, exhorta con toda magnanimidad y doctrina y mediante la oración y el ofrecimiento del sacrificio por tu Pueblo, toma de la plenitud de la Santidad de Cristo la multiforme riqueza de la Divina Gracia para la iglesia a ti confiada.