Buenos Aires

El título de «monseñor», congelado

El Papa Francisco limita esta distinción vaticana a sacerdotes mayores de 65 años

El Papa saluda a una niña
El Papa saluda a una niñalarazon

Ha sido y es una de las preocupaciones de Francisco cada vez que se plantea la reforma de la Curia vaticana. «Estar libre de ambiciones personales es importante».

Ha sido y es una de las preocupaciones de Francisco cada vez que se plantea la reforma de la Curia vaticana. «Estar libre de ambiciones personales es importante. El carrerismo es una lepra, ¡es una lepra! Por favor, ¡nada de carrerismo!», recordó hace unos meses a los alumnos de la escuela diplomática del Vaticano. Para evitar esta tentación, mejor poner muros a algunas distinciones que podrían desembocar en ataques de ego, soberbia o luchas de poder. Así el Santo Padre habría decidido frenar por el momento la concesión del título vaticano de «monseñor» a todos aquellos sacerdotes menores de 65 años. Esta distinción se considera un honor papal que se otorga a los curas seculares, esto es, a aquellos que no pertenecen a una congregación religiosa como los claretianos o los franciscanos de manera honorífica, en tanto que en la mayoría de los casos son concedidos por el Santo Padre a partir de la propuesta de un obispo diocesano que buscaba agradecer a través de esta denominación una entrega del sacerdote en cuestión. O por el propio Papa, que busca así poner en valor a sus más estrechos colaboradores. Y es que, la figura del «monseñor» o «mi señor» se comenzó a dar a partir del siglo XIV para aquellos presbíteros que servían de manera ejemplar al papado.

Con este cambio institucional, Francisco continúa con la estela de reformas puestas en marcha por Pablo VI con dos motu proprios (Pontificalis Domus del 28 de marzo 1968 y Pontificalia Insignia del 21 de junio, 1968), que tiene como base el Concilio Vaticano II. Hasta entonces, la Iglesia católica contaba con un total de 14 grados diferentes, incluyendo prelados domésticos, cuatro tipos de protonotarios apostólicos, cuatro tipos de eunucos papales, y al menos cinco tipos de capellanes papales.

Desde la Pontificalis Domus, el título de monseñor se limita a tres órdenes de prioridad descendente: protonotario apostólico (del que se conservan dos tipos: de número o supernumerario), prelado de Honor de Su Santidad y capellán de Su Santidad. El título de Prelado de Honor y de Capellán de Su Santidad significa que, a partir de su concesión a través de la Secretaría de Estado, los nombres de los designados aparecerán en el Anuario Pontificio y se les permitirá utilizar el título de «monseñor», así como un atuendo específico: la sotana ribeteada en morado y el fajín, también morado.

La decisión del Santo Padre no se habría materializado a través de un nuevo motu proprio, sino que directamente habría dado orden a la Secretaría de Estado para congelar los nombramientos de protonotarios y prelados de honor en el día a día, como recoge el británico «The Telegraph». De esta manera, tan sólo se expediría el título de «monseñor» en calidad de Capellán de Su Santidad, que se concedería con un mínimo de edad: a partir de los 65 años. La «Instrucción sobre la atribución de distinciones honoríficas pontificias», proclamada por la Secretaría de Estado el 13 de mayo de 2001 dispone que el título puede ser concedido a sacerdotes del clero secular que hayan cumplido al menos 35 años de edad y 5 de sacerdocio (10 para los Eclesiásticos en el servicio diplomático de la Santa Sede y para los Oficiales de la Curia Romana). Para cada diócesis, el número total de monseñores no debe superar el 10% del clero.

Así, el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, ya habría comunicado la decisión del Santo Padre a los nuncios para que éstos a su vez informaran a los obispos del país donde están destinados para que éstos cesaran en sus peticiones. Eso sí, al parecer, la decisión tomada por el Obispo de Roma no tendría carácter retroactivo y aquellos sacerdotes que ya poseen el título de monseñor no lo perderán. Según recoge «La Stampa», el pasado 2 de enero, el Nuncio Apostólico en Gran Bretaña, Antonio Mennini, habría escrito a todos los obispos católicos británicos para informarles de esta novedad, confirmándoles que «los privilegios en este sentido» que ya han sido otorgado por el Pontífice a las «personas físicas o jurídicas» siguen en vigor.

Una vez más, Francisco aplica a la Iglesia universal una «receta» que ya utilizaba al frente de la diócesis de Buenos Aires. Y es que, durante los quince años que estuvo Jorge Mario Bergoglio al frente de la archidiócesis argentina, nunca solicitó a la Santa Sede distinción alguna para los sacerdotes de su área.

Con esto, el de «monseñor» no es el único título que Francisco ha retirado de la circulación. En junio se daba a conocer que el Papa no tenía la intención de nombrar a ningún «gentilhombre» más, el máximo título que podía recibir un laico católico desde la Santa Sede. Sustituían a los antiguos «camareros» papales y, aunque no forman parte del cortejo papal, ocupan un lugar importante en la asistencia en los ritos sacros.