Vaticano

El Vaticano: «Las filtraciones pertenecen a una fase de trabajos superada»

El Vaticano reconoce que tiene conocimiento por iniciativa del Papa de la línea a seguir «sin la necesidad de los libros», que hoy salen a la venta

El Papa Francisco saluda a los fieles ayer en la plaza de San Pedro del Vaticano
El Papa Francisco saluda a los fieles ayer en la plaza de San Pedro del Vaticanolarazon

El Vaticano salió ayer al paso de la polémica en torno a la detención del monseñor español Lucio Vallejo Balda por filtrar documentos reservados, así como la publicación de los libros que contienen esa información, para decir que si esos documentos existen es porque el Papa Francisco comenzó una reforma en las instituciones de la Santa Sede, con la que continúa. «En el Vaticano se conoce la realidad y los problemas y la línea que se debe seguir sin la necesidad de los libros» y aseguró que el Papa está sereno y sabe muy bien qué debe hacer y cuál es su misión.

En un comunicado enviado más tarde, manifestó que se «está procediendo sin incertidumbres en el camino de la transparencia y de la buena administración». Lombardi también explicó que la documentación publicada por los libros corresponde «a una fase de los trabajos ya superada», puesto que el mismo Francisco puso en marcha poco después de su elección el proceso de reforma, dice el comunicado, en el que se reconoce además que no faltan en el Vaticano los que colaboran «con plena lealtad y con todas sus fuerzas».

Antes, se había presentado en Roma «Avarizia», uno de los libros que destapan los supuestos escándalos financieros de la Iglesia y cuyo autor es el periodista italiano Emiliano Fittipaldi, quien aseguró que Francisco «está bastante solo» en la lucha contra el despilfarro. «Espero que este libro demuestre a todos cuáles son las reformas» que se deben «hacer en la Iglesia» y que no son «sólo una reforma estructural o la creación de un nuevo dicasterio, sino que haya una verdadera transparencia», afirmó el autor. «Espero que el Papa Francisco lo consiga» porque «debo decir que está bastante solo», dijo a la Prensa.

En la obra, el periodista intenta demostrar algunas irregularidades en el empleo del dinero. Por ejemplo, cómo parte de los donativos de una fundación se emplearon en la remodelación del apartamento del que fuera secretario de Estado, el cardenal Tarciso Bertone, o, siempre según el autor, cómo un porcentaje los donativos para el Óbolo de San Pedro (colecta para las obras de caridad del Papa) en 2010 fue destinado a las oficinas de la Curia Romana. El otro libro, «Viacrucis», de Gianluigi Nuzzi, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, sigue la misma línea. Denuncia las grandes cantidades de dinero que se mueven en los procesos de beatificación y canonización, las viviendas –de cientos de metros cuadrados– de algunos cardenales, o las actividades comerciales que se llevan a cabo en el Vaticano –ropa, tabaco, electrónica, combustible...– y por la que miles de personas, más de las que estarían exentas, no pagan impuestos.

Investigado un banquero italiano

Al nuevo «Vatileaks» se sumó ayer la investigación, por las autoridades vaticanas, en colaboración con Suiza e Italia, del banquero italiano Giampietro Nattino, presidente de «Banca Finnat Euroamerica», quien habría utilizado uno de los organismos del Vaticano –la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica– para lavar dinero. En una nota, la Santa Sede reveló que las investigaciones comenzaron en febrero, a raíz de un informe de la Autoridad de Información Financiera relativa a operaciones de compraventa de títulos y transacciones realizadas por el banquero.