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Huérfanos del Papa
Benedicto XVI dejará el pontificado a final de mes. El 28 de febrero, el obispo de Roma renunciará, según anunció él mismo durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. Lo hace, como ha comentado, por «ingravescentem aetatem», es decir, por su edad avanzada. Joseph Ratzinger se trasladará a la residencia de Castel Gandolfo cuando comience la Sede Vacante.
Benedicto XVI dejará el pontificado a final de mes. El 28 de febrero, el obispo de Roma renunciará, según anuncióél mismo durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. Lo hace, como ha comentado, por «ingravescentem aetatem», es decir, por su edad avanzada.
Joseph Ratzinger se trasladará a la residencia de Castel Gandolfo cuando comience la Sede Vacante y una vez que haya nuevo papa se retirará a un monasterio de clausura dentro del Vaticano, anunció ayer el portavoz, Federico Lombardi
La renuncia de Joseph Ratzinger, la primera de un pontífice en la era moderna, abre un escenario que algunos habían especulado hace años cuando el propio obispo de Roma comentó: «Cuando un Papa es claramente consciente de que ya no es capaz física, psicológica y mentalmente de llevar a cabo la función que se ha puesto en sus manos, entonces, tiene el derecho y en algunas circunstancias hasta el deber, de dimitir». Ratzinger dejó estas declaraciones en 2010 en el libro entrevista «Luz del mundo», que hizo con el periodista alemán Peter Seewald.
Benedicto XVI no será el primer Papa en renunciar. En 1294, Celestino V abandonó la sede apostólica angustiado por el peso del cargo y las intrigas vaticanas. Aquel Pontífice fue enterrado en la ciudad italiana de L'Aquila. Cuando visitó esta ciudad golpeada por un terremoto en 2009, Benedicto XVI visitó su tumba y recordó su figura, algo que no habían hecho ninguno de sus antecesores.
Ahora la historia de ambos queda unida para siempre.
La Sede Vacante, el período que se abre tras la muerte de un Pontífice y que ahora lo hará con la renuncia de Ratzinger, comenzará el 28 de febrero a las 20:00 horas, como ha explicado Benedicto XVI. Entonces cogerá el timón de la barca de la Iglesia el Camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado. Será el quien se encarge de la gestión de la Santa Sede y de la organización del cónclave del que saldrá elegido el próximo Papa. Ya se han desatado las quinielas sobre quién será el próximo Sucesor de Pedro.
El sorpresivo anuncio lo ha hecho Benedicto XVI en latín, durante el consejo para la canonización del mártir de Otranto. «Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecúan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio». «Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma y Sucesor de Pedro», ha añadido el Pontífice.
Al finalizar su declaración en latín, el Pontífice dio «gracias de corazón por todo el amor y el trabajo» con el cual han llevado junto a él el peso de su ministerio y ha pedido «perdón» por todos sus defectos. También avanzó que en el futuro, «quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria».
«No hay enfermedad»
Poco después, en una rueda de prensa convocada en el Vaticano, el portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, aseguróque la decisión de Benedicto XVI de renunciar al ministerio les ha acogido por sorpresa dado que, además, este lunes, era un día festivo.
Lombardi explicó que el Pontífice se acoge de este modo al artículo 332, párrafo 2, del Código de Derecho Canónico que establece que «si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie».
En todo caso, Lombardi ha asegurado que no hay ninguna enfermedad en curso del Pontífice que haya influido en una decisión que, según ha destacado, ha adoptado con «lucidez». También resaltó que Benedicto XVI ha elegido anunciarlo «cuando estaba el colegio cardenalicio reunido».
Por otro lado, ha asegurado que el Pontífice no ha tomado esta decisión porque se encuentre deprimido. «Absolutamente no», ha destacado Lombardi, que ha asegurado que no ha visto «signos de depresión ni de desmotivación». «Le han tocado eventos que pueden golpear, pero esto no es lo que lo ha llevado a decidir», ha asegurado.
Lombardi ha señalado también que esta decisión es «una noticia muy importante para la Iglesia» y que el Papa ha leído su decisión con «voz clara y sin interrupciones». Lombardi también ha explicado que Benedicto XVI, se trasladará primero a Castengandolfo cuando comience la sede vacante y luego vivirá en un antiguo monasterio de clausura dentro del Vaticano.
En España, los obispos españoles manifestaron ayer sentirse «afectados» y «como huérfanos» ante la decisión del Papa Benedicto XVI de renunciar a continuar con su Pontificado aunque respetan la voluntad del Pontífice y le agradecen su «impagable» servicio, según indican en un comunicado firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
«Nos llena de pena pues nos sentíamos seguros e iluminados por su riquísimo magisterio y por su cercanía paternal. Al mismo tiempo, acogemos la voluntad del Santo Padre con reverencia filial. Estamos seguros de que el Señor bendecirá el costoso paso que él acaba de dar con nuevas gracias para el nuevo Papa y para toda la Iglesia», subrayaron, informe Efe.
«Profunda gratitud»
No obstante, expresaron al Santo Padre, su «más profunda gratitud» por el «impagable» servicio prestado a la Santa Iglesia en estos, a su juicio, «intensos» años de pontificado y piden a todos los fieles que encomienden al Señor «la persona tan querida» del Papa Benedicto XVI, para que le consuele y dé fuerzas para seguir sirviendo a la Iglesia de un modo nuevo. Finalmente, piden oraciones para que el proceso de elección del Sumo Pontífice que se abrirá a partir del próximo día 28 sea «guiado e iluminado por la fuerza del Espíritu Santo».
Un total de cinco españoles forman parte de los 120 cardenales que elegirán a un nuevo Papa en el cónclave que se convocará tras la renuncia y que podría ser en marzo.
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