Religion

La esperanza de hoy es la familia

La Razón
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Un inmenso manto de oscuridad, dolor y temor nos atenaza em estos tiempos recios y lacerantes de crisis económica. Hemos visto volatilizarse muchas de nuestras seguridades y esperanzas. El corazón humano, con todo, se rebela frente a esta situación y desazón. ¿Dónde reencontrar la seguridad, donde hallar esperanzas que no vuelvan a defraudarnos? Las familias españolas han sido de nuevo el hogar –dulce y cálido hogar– de la celebración de la Navidad. Los vestíbulos de los aeropuertos y de las estaciones han vuelto a ser testigos del gozo del reencuentro entre familiares que regresan también por Navidad. Mientras la crisis ahoga recursos, las familias se han vuelto a apretar el cinturón para ayudar a los suyos y no cabe duda de que sin la ayuda de las familias el drama de los cinco millones de personas paradas podría ser una tragedia. La familia es lo mejor que tenemos. En ella se fraguó lo que somos. Y a ella volvemos siempre en las duras y en las maduras.

¿Cómo es posible entonces que poderes fácticos y establecidos pretendan marginar, cuando no cercenar, la realidad familiar? ¿Cómo es posible entonces que las legislaciones desatiendan y hasta desnaturalicen jurídicamente a la institución familiar o la hagan legalmente equiparable a otros tipos de uniones y de convivencias? Si nada produce más gozo que el nacimiento de un niño, que la llegada una familia de un ser humano, ¿cómo explicar la terrible ceguera –verdadero crimen y suicidio colectivo– de casi 120.000 abortos en España durante el último año? Celebrar lo primero –el don y la fiesta de la familia, la realidad humana más humana, más básica, más definitiva- y alertar y denunciar lo segundo son los objetivos de esta gran cita que se llama Fiesta de las Familias en Madrid y desde Madrid para toda España. Su epicentro, la Plaza de Colón. Y sus protagonistas, cientos de miles de familias, que con sus sacerdotes, consagrados y pastores –con el cardenal Rouco a la cabeza–, quieren proclamar en la plaza pública y a los cuatro vientos que nada hay mayor ni mejor que la familia. Que la familia cristiana. Familia cristiana, sí, que es la esperanza de hoy, la seguridad que permanece mientras la crisis quiere acabar con todo. La luz en medio de tantas oscuridades. Son, por ello, miles y millones las razones para acudir este año también a la cita. Los miles y millones de familias, los últimos ciento veinte mil abortos, los cinco millones de parados y tantas y tantas más. Nada necesitamos más que la esperanza. Y esa esperanza se llama familia, familia cristiana, a la que la Iglesia católica dedica lo mejor de sí misma: sus parroquias, sus movimientos, sus centros de orientación, sus casas de acogida, sus Cáritas y también fiestas como la de este domingo en Madrid.