La Iglesia es mujer

Es la primera vez que en el Vaticano se crea una comisión en la que la mitad son mujeres y la mitad hombres: y este es el aspecto más importante del anuncio de ayer. Hasta ahora las mujeres no estaban, o estaban pero eran una minoría, lo máximo quizá era que hubiera una para guardar las apariencias... Viendo la comisión pensamos que el Papa Francisco va en serio, y todavía más si examinamos bien la composición: las representantes son todas estudiosas reconocidas y de experiencia, pero de tendencias diferentes. Van de las más conservadoras a las más progresistas, y también ésta es una novedad porque muestra que la comisión trabajará en serio, discutirá, y no será una comisión «pilotada» desde el inicio.

Francisco ha decidido rea-brir la cuestión de las diaconisas, que la Congregación para la Doctrina de la Fe consideraba ya cerrada, y con respuesta negativa, para responder a una petición de muchas religiosas: también esta es una novedad, la del Papa que escucha a las mujeres e intenta darles su respuesta.

En este punto no cuenta ya tanto que las mujeres obtengan el título de diaconisas –papel que por lo demás ejercitan ya desde hace muchos siglos– sino aquello que importa y que ha obtenido tanta atención por sus preguntas, por sus exigencias. Y después, esta comisión constituye un precedente. ¿Cómo hará una Iglesia que defiende la riqueza de la diferencia sexual, que celebra así de forma voluntaria el «genio femenino», para no introducir un número suficiente de mujeres en las comisiones que deben decidir el futuro de la Iglesia? Sobre todo porque, como recuerda siempre Francisco, la Iglesia es mujer, es femenina.

*Coordinadora del mensual de «L’Osservatore» «Donne Chiesa Mondo» que edita en España«Vida Nueva»