La responsabilidad de una decisión

El cónclave que se inicia el próximo martes será el más numeroso de la historia. 115 electores, de todas las partes del mundo, que representan la catolicidad de la Iglesia, su presencia en las distintas partes del planeta. Éste será el escenario que tendrán presente los cardenales en el momento de votar. La responsabilidad de gobernar, como dijo Benedicto XVI, la barca de San Pedro, la estructura central de la Curia romana, pero también la elección de una figura que asegure la comunicación con los católicos y que anuncie el Evangelio en países de antigua tradición cristiana que la han arrumbado u olvidado. Ésta será la tarea de los electores. Podemos estar seguros de que están a la altura de ella, pues a partir de la Revolución francesa el Colegio de los Cardenales no se ha equivocado a la hora de elegir papas. Todos han sido de gran talla, de gran importancia. Ésta es, en el fondo, la gran herencia, la esencia: el interés por un gran poder espiritual, el sentido más profundo del papado.