Patrimonio

El patrimonio de la Iglesia genera 32.520 millones al año

Las visitas a las catedrales y otros edificios suponen un 2,17% del PIB y sostienen 225.300 empleos. La Semana Santa y demás fiestas religiosas dejan en nuestro país 9.900 millones de euros

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez.larazon

Las visitas a las catedrales y otros edificios suponen un 2,17% del PIB y sostienen 225.300 empleos. La Semana Santa y demás fiestas religiosas dejan en nuestro país 9.900 millones de euros

Uno de los temas recurrentes en periodo electoral –al menos para partidos algunos partidos políticos– suele ser la Iglesia católica: su financiación, patrimonio y algunas de las ventajas fiscales de las que se beneficia como tantas otras organizaciones no lucrativas. Basta recordar cómo algunos ayuntamientos liderados por Podemos y sus marcas blancas, sostenidos por el PSOE, intentaron boicotear las celebraciones de la Semana Santa. Ferrol, Oviedo o Cádiz son un buen ejemplo, como lo es la eterna polémica sobre la Mezquita-Catedral de Córdoba. Pero más allá de la actividad estrictamente religiosa, lo cierto es que el patrimonio de la Iglesia, sus bienes inmuebles, fiestas y celebraciones, generan una inmensa riqueza que la Conferencia Episcopal, de la mano de la auditora KPMG, acaba de cifrar en 32.520 millones de euros, un cálculo para el que ha utilizado datos de 2014.

La mayor parte de estos más de 30.000 millones de euros, 22.620 millones en concreto, se generan a través de los más de 3.000 bienes inmuebles de interés cultural que pertenecen a la Iglesia, de los que 18 son Patrimonio de la Humanidad, 78 catedrales y 3.072 bienes de interés cultural que no son catedrales. De los 22.620 millones, 11.170 se generan por impacto directo, siendo el resto por impacto indirecto e inducido. De todos los bienes, las catedrales de nuestro país son las que mayor beneficio aportan a la sociedad española, con 5.500 millones de euros sólo en lo que se refiere al impacto directo, que tiene que ver con el alojamiento, restauración, transporte o compras.

En total, lo que genera el patrimonio inmobiliario de la Iglesia católica es equivalente al 2,17% del PIB de nuestro país. Un porcentaje que asciende al 9,6% si lo referimos al PIB turístico. En cualquier caso, la cifra es «la punta del iceberg», tal y como explicó en la presentación del estudio José Luis Blasco, socio responsable de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de KPMG. «Solamente hemos incorporado al estudio los 3.168 bienes de interés turístico nacional y los hemos clasificado en función de la importancia turística que tienen porque la base estadística que realizamos es sobre los visitantes y sus gastos. Los conventos están, las iglesias están, pero no están todas». «Somos conscientes de que es una aproximación probablemente un poco a la baja, pues se han utilizado criterios conservadores», añadió Ester Martín, responsable de la Memoria de Actividades de la Conferencia Episcopal Española.

Otra de las aportaciones fundamentales es al mercado laboral, pues el impacto que las catedrales y otros bienes se cuantifica en 225.300 empleos, de los que 160.000 (71%) son directos. En total, cada bien Patrimonio de la Humanidad genera unos 4.000 empleos, por los 1.420 de cada catedral o los 14 de otros bienes.

Para calcular el impacto económico de las celebraciones y fiestas religiosas, KPMG analizó un total de 40 de interés turístico internacional –Semana Santa de Sevilla, Valladolid y Málaga, o el Rocío...– y 85 fiestas de interés turítico nacional –el Pilar de Zaragoza, Santa Tecla en Barcelona o la Semana Santa de Badajoz...–, con el resultado de 9.900 millones de euros de impacto económico y 134.000 empleos.

Según el estudio, cada fiesta con carácter internacional mueve a cerca de 600.000 visitantes, con un gasto medio de 153 euros. Las fiestas nacionales, por su parte, atraen a 84.000 personas de media con un mayor desembolso, 218 euros en este caso. La mayor parte del gasto se destina a alojamiento (34,2%), comidas y bebidas (33,5%), compras (17,6%) y actividades culturales (14,7%).

Con todo, la Conferencia Episcopal recuerda que este patrimonio, «fuente de riqueza y valor para toda la sociedad», es en algunos casos «deficitario», pues supone para la Iglesia «un gran esfuerzo económico en rehabilitación, conservación y mantenimiento ordinario». Según la última memoria de actividad, correspondiente al año 2013, la Iglesia invirtió 63,3 millones de euros en programas de rehabilitación y 24 millones en contrucción de nuevos templos.