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Los jesuitas, contra el deterioro político

La declaración se ha hecho pública en el I Foro Unijes, que ha contado con la presencia, entre otros, de Josep Piqué y Javier Solana
La declaración se ha hecho pública en el I Foro Unijes, que ha contado con la presencia, entre otros, de Josep Piqué y Javier Solanalarazon

«Por la regeneración democrática de la vida pública en España». Bajo este título, la federación de Universidades Jesuitas (Unijes) enviarán una declaración tanto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como a todos sus ministros. ¿El objetivo? «Ante una situación social y política que preocupa profundamente a una parte importante de la ciudadanía, en un momento que requiere de la política actitudes honestas, actuaciones decididas y compromisos duraderos, que queremos contribuir al diálogo común desde nuestra aportación específica», afirman en su declaración de intenciones. No en vano, su punto de partida es «la desesperanza y la falta de confianza hacia la política que dominan en nuestros días». Algo agravado por la «crisis actual y por las situaciones de penuria», lo que parece «desbordar la capacidad de nuestros gobernantes».

El rector de la Universidad Pontificia de Comillas, Julio Martínez, junto al presidente de la federación, Jaime Oráa, y al director general de Unijes, Carlos Losada, explicaron ayer que no buscan iniciar un «movimiento alternativo» ni tampoco asumir desde el humanismo cristiano una iniciativa del tipo 15-M. En todo caso, proponen una reflexión sobre la «necesidad de una renovación de las instituciones públicas». De hecho, Martínez aseguró que «no queremos volver a una presencia partidista cristiana», informa Ep.

¿Cuáles son las demandas de los jesuitas? Entre otras propuestas, consideran que «urge una separación de los poderes públicos más efectiva y real». En concreto, apuntan a que la «independencia del poder judicial es un asunto de la mayor importancia», pues debe evitarse la «politización partidista». También señalan la «ordenación territorial del Estado», que es «fuente de decepción continua y de tensión». Así, desde la «reflexión serena», consideran que «hemos de recuperar los consensos prácticos» –incluido el consenso constitucional– que «hagan viable un sistema» que «obtenga un mayor grado de aceptación que el actual».

Las universidades jesuitas también critican las «repetidas y evidentes conexiones» que tiene con la corrupción política la llamada «economía sumergida». Un problema que «debe salir a la luz». En esta línea, opinan que «debe reformarse el sistema fiscal», pues el fraude «no sólo daña la vida común», sino que también «incentiva la corrupción». Por último, afirman que los medios de comunicación deben impulsar un «sistema de autocontrol», pues «la libertad de expresión y la libertad de información han de ejercerse responsablemente».

Todos estos puntos tienen la finalidad de «rehabilitar la política y su dignidad» como «servicio a la vida en común», y no como una «mera lucha por el poder».

Las universidades afirman asimismo que su «compromiso radica en que todos los miembros de nuestras comunidades», además de ser buenos profesionales, «sean también ciudadanos conscientes y comprometidos en la construcción de una sociedad más libre, más democrática, más próspera, más solidaria y fundamentalmente más justa».