Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 14 de agosto? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica

Hoy se conmemora la figura de San Maximiliano María Kolbe, destacado sacerdote franciscano conventual y mártir

San Maximiliano María Kolbe
San Maximiliano María Kolbe Heraldos del Evangelio

El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.

¿Qué santos se celebran hoy miércoles 14 de agosto?

  • San Arnulfo de Soissons - Obispo francés del siglo XI, reconocido por su vida de austeridad y su defensa de la moral cristiana.
  • San Eusebio de Roma - Presbítero y mártir romano, conocido por su defensa de la fe cristiana y su resistencia a las herejías de su tiempo.
  • Beato Vicente Rubiols Castelló - Mártir de la Guerra Civil Española, uno de los numerosos religiosos asesinados durante el conflicto por su fe.
  • Beato Félix Yuste Cava - También mártir de la Guerra Civil Española, asesinado en 1936.

San Maximiliano María Kolbe

Vida y Pontificado

San Maximiliano María Kolbe, nacido Rajmund Kolbe el 8 de enero de 1894 en Zduńska Wola, Polonia, fue un destacado sacerdote franciscano conventual y mártir. Desde temprana edad, Kolbe mostró una profunda vocación religiosa. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores Conventuales en 1910 y tomó el nombre de Maximiliano María en honor a la Virgen María, a quien profesaba una gran devoción. Fue ordenado sacerdote en 1918.

A lo largo de su vida, Kolbe se destacó por su intensa labor misionera y su dedicación a la propagación del evangelio. Fundó la Milicia de la Inmaculada, una organización dedicada a la conversión de los pecadores y a la promoción de la devoción mariana. Su pasión por la comunicación católica le llevó a fundar una revista religiosa, Rycerz Niepokalanej (El Caballero de la Inmaculada), y a establecer una imprenta en Polonia que se convirtió en un importante centro de difusión del mensaje cristiano. Además, Kolbe realizó una misión en Japón, donde fundó un monasterio y otra revista en Nagasaki, y también dejó una huella en la India.

Canonización y Legado

San Maximiliano María Kolbe fue beatificado el 17 de octubre de 1971 por el Papa Pablo VI, quien lo proclamó mártir de la caridad, destacando su sacrificio en Auschwitz. Su canonización se llevó a cabo el 10 de octubre de 1982 por el Papa Juan Pablo II, quien también era polaco y tenía un gran respeto por Kolbe. La proclamación de la santidad de Kolbe se basa en su sacrificio heroico durante la Segunda Guerra Mundial, cuando ofreció su vida en lugar de un prisionero de guerra que tenía una familia.

El legado de San Maximiliano María Kolbe es significativo no solo por su sacrificio personal sino también por su influencia en el campo de la comunicación religiosa y la promoción de la devoción mariana. Su vida y su muerte siguen inspirando a muchos fieles a vivir con mayor profundidad su fe cristiana y a practicar la caridad y el sacrificio desinteresado.

Exilio y Muerte

En 1939, con la invasión nazi de Polonia, San Maximiliano María Kolbe fue arrestado debido a su resistencia a las políticas antirreligiosas del régimen nazi y a su protección de refugiados, incluidos muchos judíos. Fue encarcelado en el campo de concentración de Auschwitz, donde continuó su labor pastoral entre los prisioneros.

El 31 de julio de 1941, Kolbe se ofreció voluntariamente para sustituir a un prisionero condenado a morir de hambre en una celda de castigo. Este prisionero, Franciszek Gajowniczek, era un sargento polaco que había clamado por su vida debido a su familia. Kolbe, reconociendo la oportunidad de sacrificar su vida para salvar a otro, se ofreció a tomar su lugar. Durante las semanas siguientes, Kolbe y los otros prisioneros fueron sometidos a inanición y maltrato. San Maximiliano María Kolbe murió el 14 de agosto de 1941, después de una larga y dolorosa agonía. Su sacrificio y su firme fe en medio del sufrimiento siguen siendo un poderoso testimonio de la fuerza espiritual y la capacidad de amor en condiciones extremas.