Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 19 de septiembre? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica

En el día de hoy se conmemora la figura de San Jenaro de Nápoles, obispo de Benevento y mártir

San Jenaro de Nápoles, representado en la obra San Gennaro, por Caravaggio
¿Qué santo se celebra hoy, 19 de septiembre? San Jenaro de Nápoles, representado en la obra San Gennaro, por CaravaggioLouis Finson

El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.

¿Qué santos se celebran hoy, viernes 19 septiembre?

  • San Teodoro de Canterbury: obispo, posteriormente monje de Tarso. Fue enviado a Inglaterra casi septuagenario, moderó con fortaleza de ánimo la Iglesia a él encomendada.
  • San Trófimo de Sínada: mártir, vivió en Sínada, Frigia, durante un tiempo en que el cristianismo enfrentaba persecuciones.
  • San Secuano de Cestre: presbítero y abad fundador de un monasterio en Segreste o Cestre (Langres), que más tarde recibió su nombre: Saint-Seine.
  • Santa Pomposa de Córdoba: virgen y mártir, durante la persecución por los sarracenos, salió a escondidas del monasterio cordobés de Peñamelera y confesó a Cristo ante el juez, siendo inmediatamente degollada ante las puertas del palacio.

San Jenaro de Nápoles: vida y legado

Cada 19 de septiembre, la ciudad de Nápoles y toda la Iglesia celebran la memoria de San Jenaro, obispo y mártir del siglo IV, cuya devoción se ha convertido en una de las más arraigadas de Italia y del mundo. Su vida, marcada por la fe y el martirio, y el misterio de la licuefacción de su sangre lo han hecho símbolo de esperanza para generaciones de fieles.

Jenaro nació en Benevento, alrededor del año 270. Pertenecía a una familia noble y desde joven mostró inclinación hacia la vida cristiana. Con el tiempo fue elegido obispo de su ciudad natal, cargo que ejerció con celo pastoral en tiempos de duras persecuciones contra los cristianos bajo el emperador Diocleciano. Durante una de estas campañas represivas, Jenaro fue arrestado junto con algunos de sus diáconos y compañeros de fe.

Las actas del martirio relatan que, tras negarse a renunciar a Cristo, Jenaro fue condenado a morir en el anfiteatro de Pozzuoli. Según la tradición, las fieras no lo atacaron, por lo que fue finalmente decapitado el 19 de septiembre del año 305. Su valentía y fidelidad lo convirtieron rápidamente en un referente espiritual para los primeros cristianos de Campania.

El legado de San Jenaro se ha visto reforzado a lo largo de los siglos por un fenómeno considerado milagroso: la licuefacción de su sangre. Conservada en dos ampollas de cristal desde la Antigüedad, la sangre sólida del mártir se vuelve líquida en determinadas ocasiones, especialmente el 19 de septiembre, día de su fiesta. El evento, presenciado por fieles y autoridades, es interpretado como signo de protección e intercesión para la ciudad de Nápoles.

Más allá del milagro, San Jenaro es recordado por su testimonio de fe inquebrantable y su entrega a los más pobres y perseguidos. Su figura inspira valores de fortaleza, confianza y esperanza, especialmente en contextos de crisis y dificultad. No en vano, los napolitanos lo invocan como patrono y protector frente a catástrofes naturales, guerras o epidemias.

La Catedral de Nápoles, donde se custodian sus reliquias, se convierte cada año en centro de peregrinación y fervor popular. La devoción a San Jenaro traspasa fronteras y hoy es venerado en numerosos países, especialmente entre las comunidades italianas emigradas.

En Estados Unidos, la fiesta también tiene mucho arraigo debido ala inmigración de napolitanos durante el los años 20. Congregados a lo largo de Mulberry Street en el barrio de Little Italy en Manhattan, Nueva York se continua la tradición de celebrar a San Jenaro, patrón de Nápoles. Actualmente, el festival suele contar con salchichas, zeppole, vendedores ambulantes, juegos, desfiles y otras atracciones similares. A partir de las 14 horas, da lugar La Gran Procesión seguido de una misa de celebración en la Iglesia de la Preciosísima Sangre.