Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 28 de diciembre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

En el santoral de hoy destacamos la celebración de los Santos Inocentes

El degüello de los inocentes, según un manuscrito del siglo X | Dominio Público
El degüello de los inocentes, según un manuscrito del siglo X | Dominio PúblicoLa Razón

El santoral católico es una lista de los santos y beatos que la Iglesia Católica celebra a lo largo del año. Cada fecha del calendario litúrgico está asociada a uno o más de estos individuos sagrados. Esta tradición, que se remonta a los primeros siglos del cristianismo, no solo es un recordatorio, sino también un momento de reflexión sobre los valores que estos personajes representan. Los santos y beatos, a través de sus vidas y acciones, muestran cómo mantenerse fieles a los principios, incluso en tiempos difíciles.

En el santoral de hoy, 28 de diciembre, se conmemora a varios santos y santas que han dejado una huella en la historia de la cristiandad. Entre ellos San Antonio monje, San Gaspar del Búfalo, San Teona, Beata Catalina Volpicelli, Beato Gregorio Khomysyn y Beata Matías de Nazareis. Desde el periódico LA RAZÓN destacamos la celebración de los Santos Inocentes:

¿Por qué celebramos los Santos Inocentes?

El Día de los Santos Inocentes es una de las tradiciones más populares y divertidas de la Navidad de los países de herencia hispánica. Es típico que cada 28 de diciembre en nuestros países se gasten esas bromas -más o menos pesadas- a las que la gente se refiere como “inocentadas”. Ahora bien, los orígenes de esta efeméride son mucho más oscuros de lo que uno podría intuir por cómo la celebramos a día de hoy. En realidad, lo que estamos conmemorando es un episodio bíblico muy oscuro y cruel:

En el Evangelio de San Mateo se describe como unos hombres sabios (más conocidos como los Reyes Magos) llegaron a Jerusalén desde Oriente, guiados por una estrella y por el propósito de encontrarse con el “rey de reyes” que acababa de nacer. Aquellos Se presentaron ante Herodes I el Grande que, al conocer el objetivo de su viaje, les pidió que, una vez encontrasen al niño, volvieran y le informasen de su paradero.

Cómo es lógico, el tiempo pasó y aquellos hombres sabios nunca volvieron a Palacio para informar sobre el paradero del niño. Sabían que si se lo contaban al rey, este -temeroso de perder su poder- mandaría matarlo de inmediato. Sin embargo, Herodes decidió acabar con el problema de una vez por todas. Así que envió un pequeño ejército a Belén con las orden de asesinar a cualquier niño de menos de 2 años.

“Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen” (Evangelio de Mateo 2, 16-18)

El santoral católico fijó el recuerdo de la matanza de los niños inocentes el 28 de diciembre. Aunque -según se explica en el Evangelio- la matanza fue posterior de la visita de los Reyes Magos. Y aunque esta fecha tampoco queda clara en las escrituras, el propio calendario eclesiástico lo sitúa a comienzos de enero.